El trabajador promedio en Estados Unidos, con un salario anual de $70.626 en 2024, enfrenta un panorama económico que se le va haciendo más difícil cada dia, pero de ahí no debemos conjeturar que eso significa algún riesgo para los supermillonarios que gobiernan ese país ni de una toma de conciencia sobre la superexplotacion y alienación a la que se ven sometidos. 5r2u5b
Si tomamos un período de tiempo más amplio nos encontramos con un aparente crecimiento en los salarios de los trabajadores ya que en el año 2000, el salario medio anual en EE.UU. fue de aproximadamente 38.863 dólares y para el año 2024 había alcanzado, en las estimaciones, 70.626 dólares. Habría un crecimiento absoluto en los ingresos de la clase social portadora de la revolución socialista en los Estados Unidos.
Pero a pesar del crecimiento nominal de los ingresos, si introducimos el contexto social en ese país vemos como las áreas vitales como vivienda, salud y educación los costos se han incrementado en mayor proporción que los sueldos y salarios. Así al relacionar el costo de la vivienda con los ingresos laborales, vemos que para el año 2000 con el salario medio anual de $38,863 y un precio de vivienda de $119,600, promedio implicaba la vivienda era aproximadamente 3 veces el salario anual. Pero para el año 2024, con un salario medio anual de $70,626 y la vivienda a $424,950, el precio de la vivienda es 6 veces el salario anual.
Acceder a la vivienda es cada vez más difícil para los trabajadores de la mayor nación imperialista, ya que sus precios han superado la tasa de crecimiento salarial.
En el presente, la mayoría de los trabajadores se enfrenta a una economía marcada por la precarización laboral, con un auge de empleos temporales y la "gig economy", que es empleado para trabajos por tareas específicas y cobrando de forma independiente, lo que limita el a seguro médico y estabilidad financiera. Es como si usted comprara un autobús y no le hiciera el mantenimiento. Realmente no trabajan para una empresa sino para una aplicación. Esta es una manera en que la automatización y la digitalización han transformado la estructura laboral, reduciendo oportunidades en sectores tradicionales, desmejorando al menos calificado mientras crean demanda en áreas tecnológicas altamente especializadas.
A futuro, las perspectivas de mejora de la situación de los trabajadores, dependen de cambios estructurales que no están en la agenda de la clase gobernante de los Estados Unidos, porque tienen la necesidad de incrementar la tasas de explotación de sus trabajadores, tanto en términos absolutos como relativos para poder disponer del capital necesario para emprender las tareas de enfrentar la caída de la Hegemonía de los Estados Unidos.
Para que los trabajadores de ese país puedan mejorar sus condiciones de vida es necesario que las políticas económicas logren ajustar los salarios al costo real de vida, mejorar el a vivienda y garantizar estabilidad laboral, y así el trabajador promedio podría recuperar poder adquisitivo y seguridad financiera. Esto sin embargo, ya que las políticas de Trump están ampliando la brecha entre ingresos y costos por lo que se estima que seguirá ampliándose y por lo tanto afectando la calidad de vida de millones de personas pobres.
El desafío de diseñar un modelo económico que no solo genere crecimiento, sino que distribuya riqueza de manera equitativa, permitiendo a los trabajadores acceder a una vida digna y sostenible, no está planteado en los Estados Unidos de hoy. Habrá que esperar ese mañana remoto en que los trabajadores y el pueblo de los Estados Unidos, despierte del largo sueño burgués y se encuentre con sus propios ideales.
