El todo y la nada. A mas y a más, pero y empero, aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno, no ha de ser, ni fechero ni fichero. A mas y a más, pero y empero, aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno, inscríbese en lo del pintor greco antiguo, Apeles: ¡Zapatero a sus zapatos! A mas y a más, pero y empero, aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno, ha de jugar en un sube y baja de algún parque párvulo infantil del mundo con el hexámetro de Quintiliano. A mas y a más, pero y empero, aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno, no ha de correr, por ahora, con la maravillosa suerte anancástica de Jorge Luis Borges, que hacía leer a María Kodama, su ayudante diligente inteligente secretaria, asistente, compañera de viaje y guardiana endenantes y endespués su esposa, 38 años menor que el maestro literario. María Kodama, que leía más de cien veces los escritos, del poeta argentino de Ficciones, para ir a la publicación. Agora ahora hogaño, ya los Vedas, mil años antes de Cristo, hablaban del díptico, el ser y no ser, del díptico de la certidumbre y la incertidumbre, del díptico la determinación y la indeterminación, del díptico el algo y la nada. Y, sostenían, los Vedas, que de entre el díptico, el algo y la nada, existiera el camino medio equilibrado irónico paradójico indeterminado védico upanishad sanscrito absurdo medular estable profundo. Agora ahora hogaño, el camino medio equilibrado irónico paradójico indeterminado védico upanishad sanscrito absurdo medular estable profundo, endenates, hubo de ser la primera inserción profunda radical perogrullada primera vez en la historia, que se trasladaría en después a 1605 antes de Don Quijote, en el personaje ficticio paremiológico axiomático de Perogrullo, quien sostenía que en la historia ha de haber siempre una primera vez. Y, a mas y a más, pero y empero, Los Vedas, planteaban, en la cultura de la guerra y la cultura de la paz, que no fuera ni el huevo ni la gallina primero. Y, esto lo comprobara Perogrullo, con su perogrullada primera vez, con su planteamiento de que en la historia ha de haber siempre una primera vez. Y, a mas y a más, pero y empero Los Vedas, planteaban, en la cultura de la guerra y la cultura de la paz, que no fuera ni el huevo ni la gallina primero, y, esto lo comprobaran y mostraran Laozi y Walt Whitman, en el lienzo pictórico blanquinegro, del que de la grisura sombría penumbra surgirían concomitantes y simultáneos, iguales elementos contrarios caliginosos borrosos, el yin y el yang, o sea y es decir, decir el huevo y la gallina. Asina ansí así, como la grisura sombría penumbra whitmaniana, de entre el algo y la nada, de entre la indeterminación y la determinación, de entre el ser y el no ser, de Los Vedas, ha de estar el camino medio equilibrado irónico paradójico ofensivo defensivo suntzuiano absurdo medular estable profundo de entre la guerra y la paz de Sun Tzu. Y, con el camino medio equilibrado irónico paradójico ofensivo defensivo suntzuiano absurdo medular estable profundo de Sun Tzu, de entre la cultura de la guerra y la cultura de la paz, asina ansí así lo védico upanishad sánscrito, en que se ha de vencer y derrotar al adversario y obtener la victoria en cien batallas sin echar un tiro. Se ha de seguir que el camino medio equilibrado irónico paradójico ofensivo defensivo suntzuiano absurdo medular estable profundo de Sun Tzu, ha de estar de entre la cultura de la guerra y la cultura de la paz. Agora ahora hogaño, nuestro filósofo Simón Rodríguez, por allá de 1811, expresaba, a sus alumnos, y de entre estos, el Libertador Simón Bolívar, que decíales que saber sus obligaciones sociales es el primer deber de un republicano, y la primera de sus obligaciones es vivir de una industria que no le perjudique, ni perjudique a otro, directa ni indirectamente. Y, al que no sabe cualquiera lo engaña. Al que no tiene cualquiera lo compra. Quien no sabe hablar no sabe pensar, quien no sabe pensar está por debajo del nivel de lo humano. Asina asín así, el maestro filósofo de Caracas, a sus estudiantes y alumnado, decíales que cuando les pregunten qué están aprendiendo ustedes aquí, respondan que todo y nada. Y, seguía el maestro del desarrollo y de las demostraciones a sus alumnos: Almacenen ideas, aprendan a pensar. Lo demás vendrá por añadidura. Más importa conocer y practicar la sociabilidad republicana y las virtudes que saber todas las reglas de la gramática. Ahora agora hogaño, Simón Rodríguez, que a la fecha mentada 1811, ya barruntaba en su punto crucial decisivo detrás de su nariz, al filósofo ateniense al teniente de los valores polarizados heraclitoianos y de los valores jerarquizados heraclitoianos. Sócrates 434 años antes de Cristo el padre abanderado de la moral, de la ética y de la responsabilidad. Valores que dejara ver en sus virtudes con el parlamento agraciado histórico contrario al parlamento nefando nefasto de George W Bush 2001. Sócrates, hubo de ingurgitar la cicuta ante y frente a sus alumnos Platón y Aristóteles. Sócrates, había sido, para Don Simón, una forma figurativa colorida dimensional, tanto como Pitágoras, Platón y Aristóteles. El Libertador Simón Bolívar, llamábalo, a su maestro, el Sócrates de América. Y, esto no sería ni fuera en vano. Y, a buen seguro que a la fecha señalada, Don Simón Rodríguez, habría leído al Ingenioso Hidalgo. Y, cundo, el industrioso venezolano ingenioso maestro, Simón Rodríguez, refiérese a la sociabilidad con justicia social, estaba hurgando en la dignidad humana quijotesca cervantina, violados hoy en Palestina por el sionismo y el sionista irreductible maniático primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Simón Rodríguez, estaba escudriñando en los valores y en las virtudes, de Platón, de Santo Tomás de Aquino, y asina asín así, el maestro filósofo, sondeaba en el Derecho Usual Ordinario Romano, en el conocimiento de las cosas divinas y humanas, en la ciencia de lo justo y lo injusto. El maestro filósofo, margullía en la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo. El maestro filósofo en los principios del Derecho Usual Ordinario Romano, el vivir honestamente y en el no dañar a otro. Y, asina ansí así, Don Simón, el Sócrates de América, como con Don Quijote, nombrando que en la naturaleza cada cosa y cada caso, engendraran a sus semejantes y a sus antípodas. Estaba afirmando una cosa y al mismo tiempo estaba afirmando a su contraria como en la simultaneidad contraria heraclitoiana. Asina asín así, esto dicho, como cuando decíale a sus alumnos, que cuando les pregunten qué están aprendiendo ustedes aquí, respondan que todo y nada. O sea y es decir, decir y mentar a los Vedas, mil años antes de Cristo, que hablaban del díptico el ser y no ser, de la certidumbre y la incertidumbre, de la determinación y de la indeterminación, del algo y de la nada. Y, sostenían, Los Vedas, que de entre el díptico el algo y la nada, existiera el camino medio equilibrado irónico paradójico indeterminado védico upanishad sanscrito absurdo medular estable profundo de entre el todo y la nada, el todo y la nada. Que de entre el díptico el algo y la nada, existiera la grisura sombría penumbra whitmaniana como en el lienzo pictórico blanquinegro del yin y el yang de Laozi y Walt Whitman. El maestro caraqueño, estaba pensando como en lo védico upanishad sánscrito. Cuando decíale a sus alumnos, que cuando les pregunten qué están aprendiendo ustedes aquí, respondan que todo y nada. Y, asina ansí así, Don Simón, el Sócrates de América, estaba preponderando a sus alumnos, al respeto a la dignidad humana, a mas y a más, pero y empero, de la inteligencia con lo de aprender a pensar, del otro filósofo caraqueño, Luis Alberto Machado, a desarrollar la libertad, la voluntad y a desarrollar la inteligencia. Y, a desarrollar la combinatoria de la memoria natural y la inteligencia natural, por encima de la memoria artificial, la nombrada inteligencia artificial hoy por hoy. A Don Simón, hay que tenerlo asina como con la memoria natural, con el almacenen ideas, con el que aprendan a pensar y a combinar las ideas, los conceptos y las definiciones, con la teoría combinatoria del siglo XVII, endenantes, de Blas Pascal debido a la sustitución de los entes definido por sus definiciones y debido a los intereses teoremáticos de Pierre Fermat, y, endespués, del quinto año de bachillerato en que se apoyara la inteligencia artificial en nuestro maestro filósofo Don Simón Rodríguez, en nuestros días del comienzo del siglo veintiuno de la teoría combinatoria matemática de las ideas conceptuales definitorias. El maestro filósofo, por encima de Elio Antonio de Nebrija y de su Gramática, que estaba a la vez mandando al carajo, como que se estaba, Don Simón, con esto, fortaleciendo a la practicar de la sociabilidad republicana y de sus valores y virtudes. Agora ahora hogaño, aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno sin fichas y sin fechas, no ha de asimilar lo que se ha venido diciendo del maestro filósofo, del inventamos o erramos. Don Simón, que pensara como si estuviera en la tesis teórica TINACO de Maleo 2001. Don Simón, en los casos correlativos límite límbico grembo fronterizo concomitantes contradictorios caliginosos, que han de ser de equilibrio dinámico dialéctico difuso en la perogrullada primera vez de Perogrullo de la tesis inédita innovadora novedosa avanzada cascaramarga cojedeña de Cojedes TINACO y de la Filosofía de las 4E del entendimiento y la estética ética espiritual de Maleo 2001. Tesis teórica TINACO, conocida por ti, conocida por mí, conocida por el materialismo histórico flemático capaz y desconocida por el capitalismo histórico histérico rapaz. El maestro caraqueño, Simón Rodríguez, no hubiera dicho jamás y nunca, inventamos o erramos. A mas y a más, pero y empero, el maestro filósofo caraqueño de 1811 al igual que el filósofo caraqueño de 1975, eran alérgico a la conjunción "O". Y, mas y más, pero y empero, atractivos a la conjunción "Y". Tanto como el filósofo caraqueño de 1975, Luis Alberto Machado, agradado en la conjunción "Y", del ser y no ser tanto como en la singularidad de todas sus 22 paradójicas pareadas palabras, con que sí mandara al carajo a la duda hamletiana de William Shakespeare y al mismo tiempo con que sí mandara al coño al Principio del Tercio Excluso de La Lógica del filósofo de Estagira del capitalismo histórico histérico rapaz y al que no mandara al carajo a La Moral del exceso y el defecto del filósofo estagirita del materialismo histórico flemático capaz. Don Simón Rodríguez, de entre el inventamos y el erramos. Don Simón Rodríguez de entre el todo y la nada. d5q3j
Si el díptico el todo y la nada de Don Simón Rodríguez, es tanto como decir y nombrar el díptico el algo y la nada de Los Vedas. Entonces sea dicho que de entre el díptico el todo y la nada de Don Simón Rodríguez, ha de estar el camino medio equilibrado irónico paradójico indeterminado védico upanishad sanscrito absurdo medular estable profundo de entre la indeterminación y la determinación de Los Vedas. Bergoglio ergo vergo sea dicho que el camino medio equilibrado irónico paradójico indeterminado védico upanishad sanscrito absurdo medular estable profundo, de entre el algo y la nada de Los Vedas, hubo de ser la primera inserción profunda radical perogrullada primera vez de Perogrullo en la conocida antigua historia. Que Don Simón Rodríguez, quizás y sin quizás, margullera en el paradójico metafórico quiasmo río heraclitoiano. Que un río no es dos veces el mismo río y es el mismo río las dos veces. Que el maestro caraqueño, don Simón Rodríguez, estaba pensando como en lo védico upanishad sánscrito de entre el algo y la nada de Los Vedas. Que el maestro y filósofo caraqueño, Don Simón Rodríguez, decíale a sus alumnos, que cuando les pregunten qué están aprendiendo ustedes aquí, respondan que todo y nada. Que Don Simón Rodríguez, ha de estar en el camino medio equilibrado irónico paradójico indeterminado védico upanishad sanscrito absurdo medular estable profundo de entre la indeterminación y la determinación de Los Vedas. Que Don Simón Rodríguez, ha de estar de entre el inventamos y el erramos. Que Don Simón Rodríguez ha de estar de entre el todo y la nada.