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El Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el gobierno, declaró que el Gran Polo Patriótico (GPP) obtuvo 4.553.484 votos, el 82,6% por ciento, mientras que los demás partidos alcanzaron el 17,3%, indicando una participación a las urnas del 42,63% de los electores. Un indicador que contrasta con la realidad que en verdad se observó durante toda la jornada del domingo, donde bajísima afluencia en los centros electorales predominó durante toda la jornada. El total de votos emitidos, incluyendo votos nulos, habría sido de 5.507.324 entre todos los participantes, de acuerdo al anuncio oficial.
Pero el dato oficial de participación del 42,63% no tiene consistencia alguna. El padrón electoral de Venezuela supera los 21 millones de personas habilitadas a votar, pero si el número 5.507.324 corresponde a un 42,63%, el 100% tendría que ser 13.112.376, una cantidad muy por debajo del registro oficial del propio CNE. Siendo así, la cantidad de personas que fueron a votar, de acuerdo al informe oficial, el porcentaje de participación, corresponden en realidad abajo del 25%.
Con estos porcentajes, el CNE, anunció de forma "irreversible" que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ganó en 23 de los 24 estados. Por otra parte, el CNE anunció que habían conseguido también 40 de los 50 cargos "de listas de adjudicación nacional" para la Asamblea Nacional. En estas elecciones se votaba por 569 cargos, incluidos 285 diputados a la Asamblea Nacional, 24 gobernadores y 260 legisladores regionales.
Los partidos que se presentaron como oposición han obtenido cerca del 14%, de acuerdo al CNE. Entre ellos, los llamados colaboracionistas que se encuentra en Alianza Democrática y otros les adjudicaron un 6,25%); por otra parte, Unión y Cambio, que impulsa Henrique Capriles obtuvo un 5,18%, y Fuerza Vecinal, que ha apoyado a estos últimos, un 2,57%. Dado estos porcentajes es que Maduro se ha autoproclamado absoluto ganador.
Como habíamos afirmado en días previos a estas elecciones, tal como la última elección presidencial, el gobierno y el PSUV ya habían declarado su "triunfo". El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, había asegurado desde fines de enero que el "chavismo triunfará" en las elecciones legislativas y regionales. Y por supuesto, es lo que el CNE ha proclamado este domingo entrando la medianoche, e incluso lo ha hecho con un porcentaje casi absoluto.
Siendo unas elecciones convocadas bajo la sombra del fraude, las condiciones siguen esa lógica: no solo se mantuvieron las restricciones que ya existían para el 28J –recordemos que ningún candidato u organización ubicado a la izquierda del Gobierno de Maduro tuvo opción de postularse, pues quienes lo intentaron fueron proscritos, por lo cual solo competían el PSUV y sus aliados, y partidos de oposición patronal, tanto los llamados "colaboracionistas" subordinados al gobierno, como el sector proimperialista de María Corina y Edmundo –, sino que se negó la participación a todo aquel que no haya reconocido el "resultado" proclamado del 28J.
Como aconteció en las fraudulentas elecciones del 28 de julio, en estas parlamentarias y de gobernadores, también se dio con gran despliegue de los cuerpos represivos en las calles y con la represión en curso donde cada vez más se refuerza el carácter autoritario bajo la imposición de su gobierno de facto. En días previos se acentuaron las detenciones arbitrarias con funcionarios de los órganos represivos realizan cacheos a la población en zonas claves de la ciudad, incluso bajándoles de sus vehículos, como mecanismo intimidatorio. Tras su imposición fraudulenta y el asentamiento de su régimen dictatorial estas convocatorias electorales no se tratan más que un intento de lavado de cara, difícil de sostener, y de legitimar el fraude electoral.
Pero si de ganador se puede hablar, es bastante claro que la abstención fue la que se llevó el mayor porcentaje, en unas elecciones marcadas por la apatía política y el desinterés. La participación, incluso la reconocida por el gobierno ha sido bastante baja.
Por el lado de la acera de la derecha trumpista que lidera María Corina Machado que llamaba a la no participación, durante el fin de la jornada, esta dirigente opositora volvió con el llamado a los militares y a pedir a la Fuerza Armada que "actúe" contra Maduro. En un vídeo difundido en X, la exdiputada llamó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a "abrir el camino a la transición, en orden y con seguridad", y más aún, dejaron correr llamados una vez más al intervencionismo militar de Estados Unidos.
Desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), que impulsa La Izquierda Diario, en una declaración política difundida ante estas recientes elecciones, consideró, ante la situación que imperaba, el llamado a la abstención, levantando las banderas del pueblo trabajador, por los plenos derechos democráticos, contra la represión y desde el antiimperialismo. Declararon que hay que darle la espalda a este proceso, pero desde una acera muy distinta y enfrentada también a las posiciones de la oposición trumpista de María Corina Machado.
Por ello, nos diferenciamos claramente, y rechazamos, las posiciones del sector de esta oposición trumpista, como la de María Corina Machado y Edmundo, que llamaban a la abstención, pero que no solo son parte del mecanismo de condicionamiento imperialista que funciona en el país desde hace ya bastantes años, aupando y avalando el reforzamiento de sanciones a la economía del país, sino que además se arrastran plenamente a la ofensiva racista y antinmigrantes de Trump, a la criminalización de las familias trabajadoras venezolanas que han migrado a Estados Unidos. María Corina y su partido son también corresponsables de las penurias del pueblo trabajador venezolano.
Desde el gobierno de Maduro, brutales medidas económicas capitalistas se vienen imponiendo, donde los viejos y nuevos ricos, los grandes empresarios y transnacionales son beneficiados aumentando extraordinariamente sus ganancias. Es todo un plan de ajuste capitalista que ha estado en curso, en concordancia plena con el capital privado. Y continuar con todo este plan, solo se puede hacer con mano dura y con los mecanismos más perversamente antidemocráticos, como los fraudes, para mantenerse en el poder.
Pero el gobierno no está solo en atacar las condiciones de vida del pueblo, pues las sanciones imperialistas a las que está sometido el país, y que han profundizado las penurias del pueblo, tienen, como sabemos, el aval y apoyo total del derechaje que representan María Corina Machado, Leopoldo López, Ledezma, etc. Por eso, aunque Maduro es el que está en el gobierno, ese otro sector también es responsable de la tragedia social que vivimos como clase trabajadora.
Como se difundió en dicha declaración política previa a las elecciones: "desde la LTS continuamos considerando la necesidad de la unidad de la izquierda anticapitalista, de los sectores que luchan de los trabajadores y los sectores populares para ir construyendo una fuerza política que se plante desde una perspectiva independiente. Una tarea que en la situación adversa que atravesamos como clase, podrá ser a contracorriente, pero es la única vía para poder reorganizar las fuerzas, luchando en una perspectiva anticapitalista. Es por eso que venimos impulsando la unidad de acción ante los ataques que sufrimos como clase, tanto del gobierno como de los sectores patronales, por nuestros salarios, por nuestros derechos laborales, por la libertad de los trabajadores presos por protestar, por razones políticas o por el simple hecho de hacer una denuncia, por nuestras plenas libertades democráticas".
Levantando una política propia ante la cuestión democrática y ante los problemas sociales y nacionales, que exprese independencia política de la clase trabajadora y del pueblo pobre, que plantee un programa desde los intereses de las y los trabajadores, un programa obrero y popular. Evitar que nuestra clase solo tenga como alternativas políticas aquellas que expresan los intereses de clase de quienes nos pisotean, de los grandes capitales de cualquier origen geográfico y de los ricos de este país, sean los nuevos o los de vieja data. Lo hacemos desde la perspectiva de luchar por un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre.