El equilibrio Yin y Yang en la política puede ser un marco útil para promover un gobierno más justo, equitativo y eficaz, donde las diferencias se aceptan y se utilizan para construir un futuro mejor. 321n2f
El mapa de Venezuela parece un elefante rojo con un pequeño corazón blanco. Es el mapa del territorio nacional coloreado según los resultados electorales de las elecciones de gobernadores.
Para los resultados de la Asamblea Nacional (AN) se prefiere la tradicional "torta", donde una sola porción blanca reflejará algo así como un 10%. Nada de esto es nuevo, pero es necesario advertir dos cosas:
La única entidad regional donde ganó la oposición fue en el estado donde el chavismo obtuvo alguna vez el mayor porcentaje a nivel nacional (el interior del elefante se mueve, no es estático). Y la pata roja de nuestro Territorio Esequibo no es una pata coja, es nuestra, pero es uno de los riesgos geopolíticos y punto débil por la trampa que representa hacernos ilusiones no sustentadas en el derecho.
Irfaan Ali, el título guyanés del imperio norteamericano y de las petroleras, propondrá escenarios bélicos a lo largo del próximo trayecto del camino, cuando las posibilidades de guerra civil se difuminan: así actúa el imperialismo.
El Esequibo debe esquivar zancadillas geopolíticas en lo externo. Y en lo interno: El Elefante Rojo debe ser prudente con sus resultados y no caer en la soberbia de aquella AN opositora, que por una mayoría electoral y temporal intento un golpe de Estado «institucional» que solo se frenó con una Constituyente , de la que emergió la renovación de la alianza cívico-militar-policial que ha dado estabilidad a nuestro Estado nación y, a la larga, mayor fortaleza a la Revolución.
Está es una Revolución Resiliente, que se crece frente a las dificultades externas, pero hemos demostrado menos capacidad de adaptación a los problemas internos. El Elefante Rojo debe tener presente que no es "rojo rojito", sino más bien "rojo claro" por su porcentaje de participación inferior a la mitad. Hay que evitar tanto el golpe como el autogolpe.
Nos toca istrar está victoria casi absoluta con criterios de ying y yang, no obviando la fuerza del vacío ni del silencio. El compromiso es con los que votaron y con los que no: el respeto a las minorías y al otro.
Digamos que la responsabilidad es mayor, pues debemos ser representantes de los que votaron y de los que optaron por no participar en estas circunstancias. La democracia sigue y esa es la lección que le vamos a dar a los que promovieron la abstención. La democracia como sistema incluye a los que por motivos circunstanciales participan no participante. Está es una revolución que tiene por meta la inclusión social y es su signo característico.
El elefante del mapa está cargado con el simbolismo de ese animal africano y asiático que hemos visto solo en zoológicos o circos, y que en Venezuela popularmente se relaciona con la buena suerte. Así está presente en muchas mesas de recibo de nuestros hogares.
Y además de su gran tamaño y fortaleza hace buen uso de su ventaja, imponiendo la convivencia con las otras especies. Y entre sus virtudes está la memoria: "memoria de elefante". Y la «memoria histórica» es en este momento el mejor instrumento para mantener el equilibrio en este gran país.
Recordemos las palabras de Chávez: "unidad, lucha, batalla y victoria". Y un resultado tan abrumador como este si no se aprecia en su justa dimensión, puede afectar la unidad; ya que la unidad en todas las filosofías y en la vida, no se olvide, es unidad de contrarios.