Es posible que incluso entre algunos creyentes en la democracia del voto haya surgido la duda, aunque no desea demasiado preocupante, porque la mayoría probablemente ni se lo haya planteado dada su condición de fieles de la doctrina del momento. La creencia, entre los primeros, de que hay un voto popular que decide sobre la política y otros planos sociales en virtud de la voluntad de la mayoría anda un poco agitada, a la vista de lo que se cuece a plena luz. No obstante, no es nada nuevo, puesto que las virtudes del voto en los tiempos modernos no hace mucho que empezaron a cuestionarse. Sucedió cuando se dijo que alguna empresa comercial podía inclinar la balanza de un lado o de otro a conveniencia del mejor postor. Lo de ahora era de prever visto el efecto del marketing en las conciencias consumistas, y en especial de la publicidad, cuya única finalidad es vender el producto adornando sus virtudes o animando lo que dice algún que otro personaje de moda. Por lo que echar mano del marketing en el plano político era natural, aunque con la condición de que pase lo más desapercibido posible. Por tanto, aquel viejo sistema del pucherazo y otros medios de similares características han sido superados por la moderna tecnología. l5u14
Los ensayos previos de manipular el voto político, sobre todo a través de la publicidad, la tecnología y otros artilugios encomendados al ámbito empresarial —además de la propaganda política, siempre presente—, no era nada nuevo, aunque su conocimiento apenas llegaba al gran público, quien creía que gobernar era el resultado del voto libremente emitido. Más tarde se difundió por aquí que lo de manipular abiertamente el voto era factible. Incluso un acontecimiento cultural europeo ha llamado la atención y muchos votantes se sienten confundidos, aunque los medios procuran eludir en lo posible aclarar el fondo del asunto, probablemente teniendo en cuenta quienes están detrás. También se han llegado a anular elecciones, porque no siguen las líneas del modelo dominante. Últimamente hasta se han sembrado dudas sobre el voto por correo. En todo caso, si se acude a las empresas especializadas de internet y sus abundantes medios tecnológicos, fieles a los que controlan el mundo, es posible que hasta la verdad suene a mentira y la mentira a pura verdad. Quiere decir que todo es posible, hasta que los que no votan se les tenga por votantes. Teniendo en cuneta que lo probable es que, quien controla la difusión de la información haga su labor y el asunto enfile el camino del olvido para no alimentar debates y despertar conciencias, pero el toque de campana que llama la atención de algunos ya ha sonado.
En el terreno político, el asunto es preocupante, pues se extrae la conclusión de que los votantes pueden ser llevados al terreno que interesa a los grandes mandantes, ya que disponen de la tecnología que lo hace posible. Incluso si no les sale bien la jugada a la primera, se invoca cualquier argumento para repetir el proceso otra vez, o las que hagan falta, generalmente apoyándose en sutilezas jurídicas, hasta que salga elegido el candidato patrocinado. Lo que puede poner el voto, que es lo que queda de la democracia representativa, en entredicho.
De manera que estas exhibiciones no solo siembran la duda sino que dejan al descubierto con qué tipo de cartas juega el que realmente manda. Claro está que en su inmensa sabiduría sabrá lo que hace. Mas lo que está claro es que, con estos movimientos, el valor del voto empieza a quedar algo tocado.