El descalabro del “sueño americano” han conducido a déficit crónicos a la población de EEUU, sin embargo, Washington pretende arrastrar al resto de la humanidad hacia su mutilación.
EEUU enfrenta una crisis irreversible debido al agotamiento del modelo de desarrollo capitalista cuyos efectos colaterales ha generado una crisis económica, financiera y social en los grandes centros de los poderosos del mundo, degenerativo por la senilidad del criminal régimen capitalista.
En EEUU existe una infancia abandonada en la calle, un mayor incremento de los vicios de las drogas y del tráfico de estupefacientes, y podemos decir, que nunca hubo menos esperanzas, porque justamente el neoliberalismo no es una teoría del desarrollo, el neoliberalismo es la doctrina de la exclusión de los humildes.
El neoliberalismo que enarbola la derecha fascista no nos promete nada porque, incluso, en los países desarrollados y súper desarrollados, el neoliberalismo no ha resuelto nada, no han podido resolver ni tan siquiera el problema del desempleo.
Estamos frente a adversarios obcecados por el afán de lucro y las ansias de poder, poderoso en todo, menos en ética, moral e ideas, sin mensaje ni respuesta a los graves problemas políticos, económicos y sociales que martirizan al mundo actual.
Nunca hubo tanta confusión, descontento e inseguridad en la esfera internacional. En esta profunda crisis política y económica, el imperialismo, el capitalismo salvaje, no puede escapar de su propia sombra y ahora de su propia aniquilación.
El capitalismo salvaje en su agonía, está su voracidad, su incesante criminalidad, porque está condenado a saquear más al mundo para subsistir y a promover el descontento que ahora trae consigo la rebelión universal, incluidos la de sus propios aliados aglutinados en el sindicato de naciones imperialistas de la OTAN.
Por eso afirmamos que “el sueño americano” se convirtió en una pesadilla para el pueblo estadounidense y los régimenes que secunda al imperialismo.