Autogobierno y organización: las mujeres kurdas en Siria 6x12s

Durante la última década, la región kurda en Siria, conocida como Rojava, ha sido el epicentro de importantes trasformaciones sociopolíticas impulsadas por la movilización colectiva de la población y, en especial, por las mujeres. Uno de estos cambios ha sido la creación de espacios y organizaciones autónomas a partir del inicio de la denominada Revolución de Rojava. Espacios de enunciación política desde donde las mujeres han buscado construir una Siria democrática e inclusiva. b1c6l

Para comprender la trascendencia de estos cambios, es importante analizar la situación del pueblo kurdo previa a la revolución, cuando la región se encontraba gobernada por Hafez al-Asad y, posteriormente, por su hijo Bashar al-Asad. Según la investigadora RukenIsik (2021), "el sistema que existía en Rojava bajo el régimen sirio era un sistema en el que las mujeres estaban ausentes en gran medida, si no por completo, de la economía, la educación, la defensa y la organización social" (2021), lo que impedía su participación política. Esta marginación y ostracismo se extendía al conjunto de la población kurda que, desde 1962, había vivido la aplicación de un censo de población que concluyó en la revocación de la nacionalidad siria para más de 120.000 personas kurdas, así como para sus descendientes (Ayboga et al.,2015: 74). Medidas que clasificaron a la población en tres categorías:

Los kurdos que disfrutaban de la ciudadanía siria, los kurdos a los que se les había retirado la ciudadanía y estaban inscritos en los registros civiles como extranjeros, conocidos comúnmente como ajaneb (extranjero en árabe), y los kurdos a los que se les había retirado la ciudadanía y no estaban inscritos en los registros civiles, llamados maktoumeen u ocultos. Estos kurdos no tenían papeles que probaran su existencia. Técnicamente, no existían (Kajjo, 2020: 280).

Un año más tarde, la creación de un programa antikurdo, conocido como "plan de los 12 puntos", puso como prioridad la arabización del norte y este de Siria y con ello la imposición de condiciones de vida sumamente precarias a la población kurda, que era considerada una amenaza al nacionalismo árabe y a la integridad territorial del país (Tawil, 2012: 472). Estas medidas incluían la privación del derecho a la educación, la exclusión de oportunidades laborales y, entre otras, el desplazamiento forzado.

Para la filósofa Judith Butler, este tipo de precariedad y su distribución diferencial ejemplifican una condición políticamente inducida (2010: 46) con claras intenciones de neutralizar la capacidad organizativa y controlar a determinada población. Ya entrada la década de los año 2.000 esta situación persistía e incluso se agudizaba, como lo demuestra el contexto de represión generalizada tras las protestas populares de 2004 en la ciudad de Qamishlo. Donde, además de la represión física, las restricciones del régimen se extendían al ámbito cultural, prohibiendo expresiones relacionadas con la cultura kurda, como la celebración del Newroz (Año Nuevo) o el uso de la lengua kurda en público, ya fuera hablada o escrita, en la enseñanza y en los lugares de trabajo. Esta prohibición también incluía el uso de nombres propios en kurdo (Kurdish Human Rights Project, 2009: 25). De acuerdo con el informe de Group Denial. Repression of Kurdish Political Cultural Rights in Syria del año 2009, publicado por Human Rights, el trato hacia la población kurda no correspondía al trato de otras minorías étnicas, como la población armenia y asiria, a quienes sí se les permitía tener asociaciones culturales. Además, este informe destaca que en 1967 se eliminó de los libros de texto toda referencia a la población kurda en Siria (2009: 22). Según la politóloga Hawzhin Azeez:

Todos los nombres kurdos de ciudades, regiones y pueblos fueron sustituidos por alternativas árabes. Las empresas no podían tener nombres kurdos, a riesgo de ser dadas de baja en el registro y cerradas. Se prohibieron las escuelas kurdas de gestión y propiedad privadas para impedir que los kurdos colmaran las lagunas educativas y lingüísticas que estaban surgiendo (…). Además, las leyes discriminatorias sobre la propiedad impedían deliberadamente o discriminaban fuertemente a la población kurda. Muchas de estas leyes de discriminación racial estaban consagradas en la Constitución siria (Azeez, 2023).

A pesar de estas restricciones, las mujeres kurdas comenzaron a organizarse de forma clandestina bajo el nombre de Yekitîya Star (Unión Estrella, Yekitîya en kurdo significa unión, Star: estrella), fundada en 2005 para promover la politización y construcción de redes entre mujeres. A partir de 2012, con el inicio de la Revolución de Rojava, Yekitîya Star se convirtió en la primera institución civil autónoma en la región (Austin, 2024: 107), con lo cual pudo crecer e integrar a más mujeres de diferentes etnias y religiones, convirtiéndose para 2016 en Kongreya Star (Congreso estrella), también conocida como Kongra Star, una confederación que agrupa a mujeres organizadas en Rojava y en los pueblos del norte y este de Siria. Según Walida Boti, integrante fundadora de Yekitîya Star y quien ha sido miembro de la coordinación general de Kongra Star, el contexto de represión y falta de libertades políticas en el que surgió su organización era muy difícil:

El sistema Baaz era muy opresivo y no aceptaba ningún tipo de organización autónoma de las mujeres, por eso Yekitîya Star operaba clandestinamente. Existía la Unión de Mujeres Sirias, ligada al partido Baaz, pero no servían a los intereses de las mujeres, sino que reproducían la mentalidad patriarcal. Las mujeres eran vistas solo como herramientas para trabajar dentro del régimen. Era una organización muy cerrada, en donde no todas las mujeres podían participar si no se alineaban a la ideología del régimen, que solo aceptaba un Estado, una lengua y una bandera. No se aceptaba la diversidad. Los días fueron muy oscuros bajo ese sistema (Boti, 2023).

A esta falta de espacios que menciona Boti se le sumaba el conservadurismo de ciertas costumbres y normas de género que limitaban el rol de las mujeres a las actividades domésticas. A pesar de que las familias kurdas estaban continuamente politizadas por su búsqueda de derechos como pueblo y por la influencia del Movimiento de Liberación de Kurdistán desde los años 80, los derechos de las mujeres seguían en disputa, principalmente debido a las restricciones del régimen y al sexismo en el seno de las familias. En este contexto, el surgimiento de Yekitîya Star cuestionó la idea de que la política fuera sobre todo un trabajo de hombres (Boti, 2023).

Contrato Social y Ley de Mujeres
Los cambios estructurales producidos por la Revolución de Rojava han girado en torno a dos cuestiones fundamentales: el autogobierno y la libertad de las mujeres. La búsqueda del primero se ha consolidado mediante la aprobación del Contrato Social (Peymana Civakî) que, a partir de 2014, se conformó como la base reguladora de la convivencia en la región. Por ejemplo, este contrato reconocía la autonomía de los cantones de Kobanê, Efrîn y Cizîrê (art. 1); los derechos a la participación de las mujeres en los ámbitos de la política, la cultura y la economía (art. 27), así como, entre muchos otros, el derecho a expresar la diversidad étnica, lingüística, cultural y de género (art. 23) (Charter of the Social Contract, 2014). En la última década se han aprobado dos versiones más de este contrato (2016, 2023), cada una de ellas con el objetivo de ampliar el alcance de la autonomía y delinear el funcionamiento de las instituciones en la región, tomando en cuenta el carácter descentralizado y federal impulsado por el confederalismo democrático como práctica política. El último de los contratos sociales (2023) se desarrolló en más tiempo del esperado, principalmente por la inestabilidad política producida por los ataques constantes de Turquía en la región. En entrevista con Asya Abdullah, copresidenta del Partido de la Unión Democrática (Partiya Yekîtiya Demokrat, PYD), destacó que la redacción de la nueva versión del Contrato Social se organizó por parte de "una comisión de 150 personas integrada por de los diferentes partidos políticos, comunidades y organizaciones civiles de la región, 75 son hombres y 75 mujeres" (Abdullah, 2022). Su aprobación se logró el 22 de diciembre de 2023 y se renombró a la región como istración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (AADNES), integrada por las regiones de Jazira, Deirez-Zor, Raqa, Éufrates, Manbij, Afrin/Shehba y Tabqa.

Por otro lado, la lucha por la libertad de las mujeres vino consagrada por la promulgación de los "Principios básicos y disposiciones generales para las mujeres", también conocidos como Ley de Mujeres, promulgada el 22 de octubre de 2014, con el objetivo de establecer una serie de principios que garantizaran la libertad de las mujeres frente a la discriminación impuesta por la Ley de Estatuto Personal, una ley relativa a los derechos de la familia y las mujeres de aplicación nacional. Según la jurista Daad Mousa:

Históricamente, la Ley del Estatuto Personal siria se basaba en la Resolución nº 60, emitida por el Alto Comisionado en 1936 durante el periodo del Mandato francés. Se conocía como el sistema de comunidades religiosa, por el que las y los sirios estaban sujetos a las leyes de estatuto personal de sus respectivas sectas. Posteriormente, se promulgaron una serie de leyes religiosas y sectarias para controlar las cuestiones del estatuto personal en Siria. De ellas, ocho regulaban cuestiones domésticas, y todas discriminaban a las mujeres, considerándolas poco cualificadas y sujetas a la jurisdicción de los hombres de su familia (Mousa, 2018).

En este sentido, la Ley de Mujeres significó un cambio de rumbo en la legislación en materia de libertades y derechos. De acuerdo con el investigador Davide Grasso, las disposiciones contenidas en la Ley de Mujeres relativas a la igualdad no eran compatibles con lo establecido en la Ley de Estatuto Personal, ya que, "el requisito específico de igualdad contradice la raíz del marco republicano [sirio], que proclama la igualdad formal de hombres y mujeres en la esfera pública, pero crea –a través de la Ley de Estatuto Personal– un espacio familiar y privado donde se aplican reglas diferentes" (Grasso, 2024: 178), por lo que la promulgación de la Ley de Mujeres representó un cambio de rumbo respecto al ejercicio y aplicación de la justicia. Algunos de los principios básicos de esta ley enfatizaban aspectos que podían contradecir lo estipulado en la Ley de Estatuto Personal; por ejemplo, lo relativo a la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida, incluyendo la herencia, el derecho de las mujeres a participar en las elecciones y a copresidir las instituciones de gobierno, así como las prohibiciones de la poligamia y los matrimonios infantiles.

La publicación de este documento creó un marco legal y jurídico propio que a su vez impulsó la formación de organizaciones destinadas a garantizar y promover el respeto a estos derechos. No obstante, su implementación ha enfrentado numerosos desafíos, ya que se opone al derecho de familia estatal y a las costumbres locales (Grasso, 2024: 165), socavando una serie de prácticas consuetudinarias motivadas a menudo por la necesidad o la tradición; por ejemplo, para algunas familias, el pago de la dote (dinero o bienes) por una de sus hijas representaba un alivio económico en un contexto de precariedad impuesto por la guerra. Según Ilham Omer, fundadora de Mala Jinê, (Casa de la mujer) en Qamishlo, en las regiones árabes la tradición de la poligamia y los matrimonios con menores son dos prácticas arraigadas en la sociedad, que continúan a pesar de estar prohibidas por la Ley de Mujeres (McClure 2020, 54). De la mano del Contrato Social, esta Ley busca garantizar la participación de las mujeres en las instituciones de la istración autónoma, así como la creación de espacios autogestionados en diversos ámbitos de la sociedad. Uno de los debates que han surgido como parte de este proceso de cambio, es la "transformación de la mentalidad patriarcal", entendido como el cuestionamiento de las ideas que se tienen en torno a las mujeres y su rol en la sociedad. Muchas de las acciones e iniciativas por parte de Kongra Star apuntan hacia ese cambio de mentalidad como paso necesario para construir relaciones sociales distintas. Una lucha que podríamos entender a la luz de lo que propone la filósofa Suely Rolnik en torno a la "insurrección en la esfera micropolítica" como el ámbito de producción de nuevas subjetividades en donde la trasformación de la mentalidad tiene lugar.

Para Rolnik, las luchas sociales y las izquierdas tradicionales que se limitan a hacer cambios en la esfera macropolítica, relacionados con la distribución del poder y la producción de la vida en términos materiales, son importantes pero no suficientes, ya que al no atender la esfera de las políticas del deseo, de las relaciones interpersonales, llegan a tener muchas dificultades para sostener esos cambios, por lo que para la filósofa es fundamental diferenciar entre luchar por empoderar al sujeto y luchar por potenciar la vida, pues cada uno tendrá implicaciones diferentes:

Diferenciar ambas intenciones es especialmente indispensable para los cuerpos considerados de menor valor en el imaginario social –como el cuerpo del pobre, del trabajador precarizado, del refugiado, del negro, del indígena, de la mujer, del homosexual, del transexual, del transgénero, etc.–. Cuando la insurgencia de esos cuerpos abarca un deseo de potencia, además de la necesidad de empoderamiento, es más probable que el movimiento pulsional encuentre su expresión singular y que de allí resulten transmutaciones efectivas de la realidad individual y colectiva, incluso en su esfera macropolítica (Suely, 2019: 121).

En este sentido, los esfuerzos de las mujeres de Kongra Star por transformar la mentalidad se han articulado desde diferentes espacios; por ejemplo, a través de la creación de comités en el ámbito de la educación, cultura y arte, economía, autodefensa, asuntos sociales, resolución de conflictos (Mala Jinê), justicia, gobiernos locales, prensa y medios, ecología y diplomacia (KongreyaStar, 2021: 7). Además, sigue el funcionamiento del sistema confederal, por lo que está presente tanto en las comunas como en las asambleas, trabajando con las academias o creando cooperativas, unidades básicas del sistema del confederalismo democrático. Como parte de su batalla por transformar la mentalidad, las mujeres buscan influir en la familia a través de su democratización, fomentando la Convivencia Libre (Hevjiyan Azad en kurdo), una propuesta para construir relaciones basadas en la coexistencia, el apoyo mutuo y el respeto entre hombres, mujeres y la naturaleza (Instituto Andrea Wolf, 2020: 389).

En cada comuna de barrio o ciudad, Kongra Star fomenta la creación de diversos comités según las necesidades de la población; por ejemplo, en el ámbito educativo, existen comités específicos para abordar los problemas de las profesoras. En cada escuela o universidad un grupo de docentes es responsable de conformar el comité y dar seguimiento a las necesidades que surjan. Si un problema no puede resolverse dentro del comité, puede ser remitido a Mala Jinê (Casa de las Mujeres), otro espacio destinado a la resolución de conflictos. De esta forma Kongra Star busca poner en práctica el autogobierno, a la vez que fortalece la agencia de las mujeres, funcionando al igual que el sistema confederal de la istración:

En cada comuna hay portavoces que también van a las asambleas; en cada ciudad pequeña o pueblo, la reverberi (representantes) de Kongra Star y los distintos comités analizan conjuntamente las necesidades que hay y cómo pueden organizarse para darles respuesta. Después se analiza la situación a nivel cantonal y, luego, de toda la istración. En cada centro o lugar pequeño se autoorganizan para resolver las necesidades. También Kongra Star organiza trabajos a nivel diplomático con mujeres que viven en el extranjero, sea como refugiadas o como parte de la diáspora. En cada comité y asamblea de las regiones los centros de Kongra Star tienen relación con las otras estructuras autónomas de mujeres presentes en esa misma región. Están coordinadas y tienen intercambios entre sí (Boti, 2023).

Hacer frente a las violencias
Según Remziya Mohamed, vocera de Kongra Star, las principales problemáticas que se encuentran al interior de las familias son muy diversas: desde familias que no ven necesaria la educación de sus hijos ni menos aún la de sus hijas y deciden no mandarlos a la escuela, hasta casos como matrimonios forzados o, inclusive, asesinatos en nombre del honor cometidos por razones de diversa índole; por ejemplo, por negarse a contraer matrimonio. Igualmente, se dan casos de drogadicción juvenil y poligamia. Si bien todas estas problemáticas no son generalizadas, sí representan retos importantes que atender. Considera que los casos de violencia contra las mujeres están estrechamente vinculados con el prevalente sexismo en el interior de las familias, responsable de justificar el uso de la violencia (Kongreya Star, 2021: 20). El seguimiento de estos problemas se hace a través del Comité Social, uno de los 12 comités en los que trabaja la confederación, a saber: Comité de Educación y Academias, Comité Político, Comité de Defensa Civil, Comité de Economía Comunal 1, Comité de Arte y Cultura, Comité de Salud, Comité de Ecología, Comité de Justicia y Derechos, Comité de Finanzas, Comité de Medios y Comité de Diplomacia (Kongra Star, 2018); en cada uno, las mujeres participan promoviendo diferentes actividades de acuerdo a las necesidades la población.

Las estrategias que se implementan desde el Comité Social de Kongra Star frente a los casos de violencia son principalmente de carácter preventivo, mediante la organización de seminarios en torno a temáticas relacionadas, por ejemplo, con el honor que les permitirá discutir la situación de los asesinatos en nombre del honor con las familias y el conjunto de la población. En este mismo sentido, se organizan campañas de sensibilización en torno a los derechos de las mujeres, así como formaciones o perwerde (en kurdo, educación) con el objetivo de discutir la normalización de la violencia o lo que, en términos de Johan Galtung, podríamos llamar "violencia cultural", esto es, aquello que "hace que la violencia directa y la estructural aparezcan, e incluso se perciban, como cargadas de razón o, al menos, que se sienta que no están equivocadas" (Galtung, 2016: 149). Estas formaciones ponen en el centro la discusión de aspectos de la propia cultura que son necesarios revisar para identificar situaciones de violencia, considerando que "un trabajo muy importante es que las mujeres sean capaces de reconocer, por sí mismas, cuándo están siendo violentadas, para después, poder organizarse" (Boti 2023).

Por otro lado, para la atención de casos de violencia física, Kongra Star solicita la intervención de Mala Jinê, o se coordina con otras organizaciones, como la asociación Sara, que también da seguimiento a casos de violencia contra las mujeres. En caso de ser necesario, Kongra Star puede remitir el caso a las Asayîş, fuerzas de seguridad interna gestionadas por mujeres.

Todo este trabajo de prevención promovido por el Comité Social resulta fundamental para la transformación de la mentalidad patriarcal, al colocar en el centro del debate el "pensamiento y la acción sexistas"como responsables de la reproducción de relaciones basadas en la dominación (hooks, 2020: 187).

Mediadoras y consejeras
Otro ejemplo importante de la organización autónoma de mujeres es Mala Jinê (Mal, casa; Jin, mujer) o casa de la mujer, un espacio para la mediación y resolución de conflictos que brinda orientación y apoyo a las mujeres con problemas familiares o civiles. La primera casa fue abierta en el año 2011 en Qamishlo, cuando el régimen sirio aún controlaba la ciudad, por lo que sus actividades eran limitadas en términos organizativos y económicos. Algunas de las dificultades que enfrentaban eran resultado de la falta de libertad para hacer trabajo de base con la población, sumado a la "desconfianza de la sociedad y la resistencia hacia su trabajo, por parte tanto de hombres como de mujeres (…) Muchas personas no estaban preparadas para aceptar la idea de mujeres trabajando directamente en asuntos de mujeres" (Kongra Star 6-7, 2021).

La aprobación de la Ley de Mujeres fue muy beneficiosa, pues le dio respaldo oficial a su trabajo, encontrando apoyo en el Consejo de Justicia de las Mujeres de la istración Autónoma. Ilham Omer, una de las mujeres fundadoras de la primera Mala Jinê, considera que, gracias a la promulgación de estas leyes, las mujeres pudieron poner en el centro la discusión sobre ciertas prácticas recurrentes, como los matrimonios forzados de mujeres y niñas que solían ir acompañados de diferentes tipos de abuso (McClure, 2020: 53).

Además de la Mala Jinê en Qamişlo, se abrieron nuevas casas en los cantones de Efrîn y Kobanê, con el objetivo de atender a las mujeres que vivían situaciones de violencia doméstica y de funcionar como centros de resolución de conflictos matrimoniales o familiares (Austin, 2024: 118); posteriormente, se abrieron casas en Shehba, Raqa y Tabqa. Según Dahia Murad, al frente de Mala Jinê en Qamişlo Murad, los problemas que atienden desde estas casas son muchos y todos muy diferentes:

Algunos son casos de violencia intrafamiliar, en donde, por ejemplo, a las mujeres no se les deja trabajar o estudiar, recibir herencias, divorciarse o donde la familia no respeta las leyes de mujeres. En estos casos, el primer objetivo es la reconciliación. Si la reconciliación no es posible o no se logra, se deriva a la mujer a otras instancias. Por ejemplo, si desea divorciarse, pero enfrenta obstáculos, se a a la Comisión de Justicia; si su problema está relacionado con la salud, se coordina con Heyva Sor y así respectivamente. Sin embargo, muchas mujeres también se acercan a Mala Jinê por otras razones, como recibir orientación en la búsqueda de trabajo. En Mala Jinê somos un espacio al que las mujeres pueden acudir sin importar el problema que tengan (Murad 2023).

A partir de 2017 y tras la liberación de la ciudad de Raqa del control del Estado Islámico, comenzaron a trabajar en las regiones árabes (McClure, 2020: 54), incluidas Til Hemis, Til Kocher, Til Berak, por lo que el trabajo de mediación de las Mala Jinê se ha extendido por diferentes ciudades y regiones más allá de los territorios kurdos (Austin, 2024: 119). En el año 2020, Kongra Star y otras organizaciones de derechos de las mujeres lanzaron en la ciudad de Kobanê la campaña "ella no se suicidó, tú la mataste" en el contexto de un incremento de asesinatos que fueron catalogados como suicidios bajo la sospecha de tratarse, en realidad, de asesinatos en nombre del honor, como fue el caso de una mujer miembro de las YPJ asesinada por su hermano en la ciudad de Dirbesiye (van Wilgenburg, 2020). Para la investigadora Nazand Begikhani (2016: 31), el asesinato es la cara más extrema de la violencia basada en el honor, el cual se comete para restaurar la reputación social de una familia cuando su honor ha sido dañado por las acciones, reales o supuestas, de la víctima. El asesinato suele estar a cargo de los familiares masculinos; sin embargo, la madre o suegra de la víctima también puede participar en el crimen, de manera activa o pasiva. La cuestión del honor y su vulnerabilidad es un tema muy subjetivo, pues atañe a lo que una familia, un padre o un hermano consideran correcto y respetable; por ejemplo:

Se han dado casos de mujeres que huyen de la violencia en sus familias a quienes Mala Jinê ha ayudado. Un caso fue el de un chico y una chica que se aron por Facebook y empezaron a mandarse mensajes; al final, el chico la amenazó con que difundiría los mensajes y se los enseñaría a su familia. Ahí tuvimos que intervenir desde Mala Jinê porque esa situación podía haber escalado a un tema relacionado con el honor (Murad, 2023).

Para enfrentar esta problemática, Mala Jinê trabaja de la mano del Comité Social de Kongra Star y de otras organizaciones. Según Walida Boti, hay ocasiones en las que, con el fin de evitar represalias, las familias difunden la muerte de una mujer como suicidio, pero en realidad son asesinatos; en estos casos, las organizaciones de justicia hacen seguimiento para ver qué fue lo que pasó; en ocasiones sí han sido suicidios, pero el problema es que, en el proceso de investigación del caso, se descubre que la mujer vivía en un ambiente de violencia que pudo haberla orillado a tomar esa decisión. Otras veces, se encuentra que sí han sido asesinatos por temas de honor que fueron encubiertos (Boti 2023). Al igual que KongraStar, para Mala Jinê la transformación de la mentalidad patriarcal es condición indispensable para el cambio de la sociedad a largo plazo, por lo que la formación juega un rol central.

En este ámbito, impulsamos campañas para difundir las leyes de la familia, organizamos seminarios, manifestaciones y actividades para dar a conocer el trabajo de Mala Jinê y asegurar que las mujeres sepan a dónde ir en caso de necesitarlo, porque sabemos que hay mujeres que aguantan mucha violencia por presión de la familia, la sociedad y la religión. También impulsamos campañas sobre enfermedades, por ejemplo, el cáncer y cómo podemos fortalecernos psicológicamente; queremos que las mujeres sepan que pueden salir adelante a pesar de su enfermedad, hemos hecho campañas en la TV y la radio (Murad, 2023).

Además de atender los diversos problemas que pueden tener las mujeres en el seno de sus familias o de otros ámbitos, Mala Jinê también trabaja en la prevención mediante la organización de todas estas campañas. La selección de los temas se basa en los informes y balances semanales, quincenales y mensuales realizados en cada casa que permiten evaluar la situación en cada cantón.

En función de estos balances, se determinan las temáticas de las campañas, dado que cada región enfrenta problemas distintos y, por lo tanto, las campañas deben abordarlos adecuadamente. Una de estas campañas ha sido contra los matrimonios infantiles bajo la consigna de Ezbiçûkim, eznabûkim (Soy una niña, no una novia), que, a pesar de estar prohibidos por la Ley de Mujeres, aún persisten en algunas regiones. Además, la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres el 25 de noviembre y la difusión de la Ley de las Mujeres son actividades que ocupan un lugar permanente en su agenda.

Sin duda alguna, los esfuerzos de las mujeres en Rojava durante la última década han impulsado espacios de enunciación política alternativos como una forma de enfrentar las violencias que históricamente las han excluido social y políticamente. Su participación durante estos años se ha desarrollado en instituciones y estructuras que conforman la istración Autónoma del Norte y Este de Siria, hasta espacios no mixtos de defensa de los derechos de las mujeres. Sin embargo, esta integración estructural de las mujeres en el sistema de la istración se enfrenta al nuevo reto de la transición que vive el país desde el pasado 8 de diciembre, tras la llegada de Ahmed al Sharaa, líder del grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y la consecuente caída del régimen de Bashar al-Asad.

Una etapa que ha despertado las esperanzas de reconstruir el país para todas y todos los sirios, pero que también ha abierto un pasaje de incertidumbre en torno a la nueva forma de gobierno y a las posibilidades que tendrán las mujeres de participar en él. Así como cuál será el devenir de los grupos de autodefensa que han sido actores centrales en el autogobierno de la región, tales como las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y las Unidades de Defensa de las Mujeres (Yekîneyên Parastina Jin, YPJ), quienes aún no tienen claro cuál será su futuro en la nueva Siria.

Cristina de Lucio Atonal es doctora en Ciencias Humanas: Geografía, Antropología y Estudios de África y Asia por la Universidad Autónoma de Madrid; maestra en Estudios de Asia y África con especialidad en Oriente Medio por El Colegio de México y licenciada en Ciencia Política por la Universidad Autónoma Metropolitana.

Referencias
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Austin, Amy (2024) Statelet of Survivors. The Making of a Semi-Autonomous Region in Northeast Syria. Nueva York: Oxford University Press.

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Azeez, Hawzhin (2023) "Lausanne treaty: from statelessness to citizenshipless kurds" The Kurdish Center For Studies. https://nlka.net/eng/lausanne-treaty-from-statelessness-to-citizenshipless-kurds/

Boti, Walida (2023) Entrevista realizada por la autora.

Butler, Judith (2010) Marcos de Guerra. Las vidas lloradas. Ciudad de México: Paidós.

Charterofthe Social Contract. 2014. Peace in Kurdistan. 29 de enero de 2014. https://www.peaceinkurdistancampaign.com/charter-of-the-social-contract/

Galtung, Johan (2016) "La violencia cultural, estructural y directa". Política y violencia: comprensión teórica y desarrollo en la acción colectiva, Cuadernos de estrategia, núm. 183:147-168.

Grasso, Davide (2024) "Gender Relationship and Legal Change in Syria. The Family Law Reforms of the Rojava Revolution". En Women and peace. The Role of Women and Women´s Civil Society Organizations in Peace Processes, editado por Marilisa D´Amico, Tania Groppi y Constanza Nardocci, 163-186.Milano: Franco Angelis.r.l.

Hooks, bell (2020) Teoría feminista: de los márgenes al centro. Madrid: Traficantes de Sueños.

Human Rights Watch (2009) Group Denial. Repression of Kurdish Political and Cultural Rights in Syria. Nueva York: Human RightsWatch.

Instituto Andrea Wolf. 2020. Mujer, Vida, Libertad. Desde el corazón del movimiento de las mujeres libres de Kurdistán. Barcelona: Descontrol.

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Kajjo, Sirwan (2020) "Syrian Kurds" enKhen, Hilly Moodrick-Even, Boms, Nir T., Sareta Ashraph (eds.), The Syrian War: Between Justice and Political Reality. Cambridge: Cambridge University Press.

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2021/08/2014-Womens-Law-Basic-Principles-and-General-Principles-for-Women.pdf

McClure, Thomas (2020) "Building Peace, North and East Syria´s Women´s House", Entrevista por Rojava Information Center, SUR International Journal on Human Rights, v. 17, núm. 30, pp. 51-58.

Mousa, Daad (2018) Syrian Personal Status Laws. Beirut: Friedrich-Ebert-Stiftung.

Murad, Dahia. (2023). Entrevista realizada por la autora.

Tawil, Marta (2012) "La política exterior de Siria en el marco de la sublevación popular" Foro Internacional 52, núm.2 (abril-junio): 460-487.

Kongreya Star (2021) Sobre las ideas y trabajos de Kongreya Star Movimiento de Mujeres en Rojava. Madrid: Rojava Azadî.

Kongreya Star (2018) Kongreya Star and its Committees 2018. The Diplomatic Relations Center of Kongreya Star.

Rolnik, Suely (2019) Esferas de la insurrección. Apuntes para descolonizar el inconsciente. Buenos Aires: Tinta Limón.

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    Para un estudio detallado del funcionamiento de la economía en Rojava véase Aslan, Azize (2022) Economía anticapitalista en Rojava. Las contradicciones de la revolución en la lucha kurda. México: Bajo Tierra A. C./ Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades "Alfonso Vélez Pliego" Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.



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