Inmigrantes ilegales en EEUU, blancos, europeos, canadienses, no son perseguidos y vilipendiados como los del Sur y Centro América ¿Racismo activo? 5t185x

La inmigración ilegal en Estados Unidos no se limita únicamente a personas de Sur y Centroamérica, aunque esas sean las de mayor interés para los grupos políticos de los Estados Unidos, que los utilizan ampliamente para proyectarse como defensores de su país. Así actualmente existen inmigrantes irregulares de todas partes del mundo, incluyendo Europa, Canadá, Japón. Pero contra ellos no hay racismo, más bien lo ejecutan. 4r2k1t

Del total de inmigrantes que tiene EE.UU., unos 50 millones, aproximadamente el 27 % son ilegales, pero los únicos que están en riesgo de deportación y difamación son las personas de América del sur y central.

Se ha creado de esta manera una percepción de que la inmigración irregular proviene exclusivamente de ciertas regiones lo cual está influenciada por la cobertura mediática y las dinámicas migratorias específicas de cada país o continente y los intereses políticos de los grupos gobernantes en EEUU.

Así que no, definitivamente, no todos los inmigrantes irregulares en Estados Unidos son de Sur y Centroamérica. Si bien es cierto que un porcentaje muy significativo de la población inmigrante indocumentada proviene de estas regiones, existen personas en situación irregular de casi todas las partes del mundo,

Europa: Se estima que aproximadamente el 3.6% de los inmigrantes indocumentados en EE. UU., provienen de Europa.

Otros (incluyendo Canadá y Oceanía): Un 1.7% restante.

Y es que a menudo, las personas de estas regiones ingresan a EE. UU., con visas de turista, estudiante o de trabajo temporales, y luego se quedan más allá del período permitido por su visa. Esto se conoce como "sobre estancia de visa" y es una de las principales vías de entrada irregular para personas de países que no requieren visa para una entrada inicial (como Canadá y algunos países europeos) o que obtienen visas fácilmente, pues son todos países desarrollados.

La idea de que la inmigración irregular es exclusivamente un fenómeno de la frontera sur y de origen latinoamericano es por lo tanto una reducción racista y falsaria de una realidad migratoria mucho más amplia.

Lo que sí está documentado es que existe un racismo inmigratorio en Estados Unidos.

El racismo inmigratorio en Estados Unidos es una realidad histórica, la legislación migratoria ha estado marcada por prejuicios que han contribuido a excluir y penalizar a ciertos grupos étnicos y culturales, lo que se refleja en leyes y políticas que, en ocasiones, han tenido un fundamento expresamente racial.

Es conocido el maltrato que durante la segunda guerra mundial recibieron los ciudadanos americanos de origen japonés mientras a los de origen alemán no se le presentaban restricciones.

Además, las medidas actuales, como las restricciones de viaje bajo argumentos de seguridad nacional, explotan temores y estereotipos, reforzando prácticas discriminatorias que afectan a comunidades de diversos orígenes, no solo a latinos o musulmanes, sino también a otros grupos estigmatizados continuamente.

Esto evidencia que la campaña trasciende la simple categorización de "inmigrantes ilegales" y se inserta en una narrativa más amplia de rechazo y xenofobia, en la que la identidad y el origen se convierten en factores determinantes de aceptación. Es la práctica del racismo norteamericano.

En el presente, bajo la agenda del fascista y truhan presidente Trump el racismo, se ha exacerbado. Trump ha hecho del racismo y el desprecio una política exitosa en Estados Unidos.

La aplicación de las políticas de deportación selectiva, frecuentemente dirigidas a inmigrantes latinoamericanos, musulmanes o de otras minorías, puede interpretarse como una manifestación de este racismo.

La existencia de controles fronterizos más estrictos y la criminalización de ciertos grupos migrantes reflejan más que una aplicación de la ley, el racismo de Trump y su gente, basado en el origen étnico o nacional.

Igualmente Trump a través de los medios de comunicación y sus discursos políticos sustenta estereotipos negativos sobre ciertos inmigrantes, asociándolos con criminalidad, pobreza o enfermedades, lo cual fomenta actitudes racistas. Le gusta meterse con los venezolanos de esta forma.

Todo ello ha generado experiencias negativas de discriminación, acoso, y desigualdad laboral o social que enfrentan grupos migrantes, como los venezolanos, latinos, musulmanes o africanos, y evidencia un racismo que va más allá de la xenofobia tradicional convirtiéndose en política oficial, de estado, de Estados Unidos. Y así les quitan cualquier derecho a sus víctimas.



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Oscar Rodríguez E 15o6i


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