Hace unos años hubo una escaramuza entre la guerrilla colombiana y el ejército de Venezuela donde perdieron la vida y unos 30 jóvenes soldados venezolanos, a causa de su inexperiencia, pero sobre todo de la ineptitud de sus comandantes, desde oficiales que no supieron el uso y manejo de los equipos y armas, hasta el último oficial que ordenó esa confrontación. Lo cierto es que hoy el ejército venezolano no cuenta con experiencia en combate, pero peor aún, en el uso de los equipos militares de tierra, obuses, tanques, cañones, etc. y tampoco con verdaderos comandantes, gracias a la enorme paranoia del gobierno que no permite que se formen lazos de obediencia y camaradería en los batallones ni siquiera permite la preparación adecuada de los soldados, por temor a un posible golpe militar. 23142c
El ejército venezolano pero tampoco el país está preparado para resistir en una agresión militar extranjera, le falta unidad de mando, razones para la lucha, conocimiento, entrenamientos, solo cuenta con el deseo de algunos bocones que vociferan a cada rato ¡guerra!, apelando a la defensa de una paria que no existe, a una unidad que no existe, en un país de marcadas desigualdades sociales y distancias entre los intereses de clase, ¿defender la patria de los trabajadores obreros, de los maestros, de las enfermeras, de los pensionados, de los enfermos y hambrientos…, o la patria del madurismo colocado, de Alax Saab, de la yunta Maduro Flores y de los hermanos Rodríguez y sus socios aliados de Fedecámaras y Conindustria?. Hay muchos bocones escribiendo sobre la defensa nacional que a la hora de la verdad se quedarán en sus casas viendo en la televisión y en la basura de las redes sociales cómo caen los muertos; es la ¡ley de la vida! de los farsantes.
En países como el nuestro todavía los ejércitos son reclutados de los campos y de una sociedad de gente sin esperanzas de mejorar sus condiciones de vida. A nadie se lo convence con honor y gloria, basta que lo alimenten, lo medio eduquen o le den algunas oportunidades que no tienen en sus casas. La única guerra que saben librar los venezolanos se da en el campo de la aguajería, y las alharacas que se forman por el béisbol y el fútbol, sublimando sus arrecheras con pendejadas irracionales. Más allá, ningún pobre está pendiente de alistarse en el ejército, prefieren irse a otro país a hacer y vender empanadas a robar o a limpiar pocetas, el resto ¿Cuándo se ha visto un profesional, un emprendedor, o un hijo de papi y mami alistándose como voluntario en el ejército? Para defender este país del "extranjero invasor" se necesita unidad, una fuerza moral superior al capitalismo, al dinero, inclusive, a Dios, una fuerza y una conciencia que hoy no tiene nuestra sociedad.
Preferible que luchar a favor del capitalismo nacional, para muchos sería mejor hacerlo por el capitalismo extranjero, que por lo menos es más directo y más eficiente. ¿Acaso el capitalismo nacional tiene patria?, NO. ¿No demostró Trump con sus aranceles que el capitalismo no tiene patria? Hay que ser bien pendejo para no darse cuenta que Maduro nos acaba de poner en el medio de una guerra intercapitalista auspiciada por gobierno nacionalistas: el "nacionalismo de Trump y su vuelta a la vieja América, el de Putin que ahora recuerda la victoria de la URRS pero hace tiempo que abandonó el socialismo que la vio nacer, y el nacionalismo Chino, más viejo que la sarna. Ninguno de ellos se alía con Maduro por sus principios políticos o socialistas o ideológico, porque en sus prácticas y en sus mismos discursos no los tienen, lo hacen por "juegos de guerra", intereses comerciales y estratégicos, y Venezuela tiene petróleo y minerales estratégicos, más un gobierno complaciente y exageradamente voluble, que para tales casos, representan ventaja para aquel que los controle. Es posible, nadie se extrañe que a finales de año Maduro esté retratándose con Trump en alguna parte del planeta, si no lo hace antes, el 4 de Julio en Washington.
La disociación de la realidad es muy fuerte. Realmente lo que se ve en las noticias es muy parecido a un juego donde con mucha facilidad, en una lanzada de dados, un país o un pueblo completo desaparece del juego y del tablero, pero mientras a todos nos divierte o nos distrae la guerra, o nos hace ganar dinero en el parley de las bolsas del mundo, la gente muere junto al planeta, los asuntos que importan a la vida son irrelevante para las principales potencias, preocupadas por arropar al otro con su hegemonía comercial, militar o política, mientras la gente muere junto al planeta; la humanidad cae frente a sus ojos, lo que les vale mierda.
No es lo mismo luchar por la vida, la propia y la de los demás, que por acumular cadáveres, que alistarse a favor de la muerte, la propia y la de los demás.
PATRIA SOCIALISTA O BARBARIE Y MUERTE