El miedo al socialismo es como el miedo a lo desconocido, es como el miedo a morir. Así es la confusión de los que prefieren estar al lado de Maduro, escogen lo "conocido" que seguir luchando por un ideal socialista. Ese ideal no les basta para cambiar de vida porque sus vidas están acostumbradas a la mecánica que impone el capitalismo, y están cautivadas por otros ideales, el de las fascinaciones pequeñoburguesas. Ningún madurista se atreve a luchar por una sociedad contraria al capitalismo y a sus valores egoístas y puramente mercantiles, oponerse a los dobleces pequeñoburgueses encarnados en sus hábitos, la máscara es la chispa espiritual de sus vidas, lamentarse hasta llorar la muerte de los niños gazatíes y felicitar a Maduro por apresar a los maestros terroristas que reclaman mejoras en sus condiciones de trabajo y económicas. Para un pequeñoburgués de izquierda, el miedo al socialismo es real, es el fantasma que más los asusta. 47h48
El miedo al socialismo es el miedo a la verdad humana. Socialismo es crítica, es debate, confrontación, porque la verdad es "voluntad de verdad", se construye de muchas voluntades por descubrir muchas verdades, voluntad para acercar las coincidencias y las diferencias en una sola verdad y así poder cambiar como persona y como colectivo social. La verdad socialista no es una entelequia, es humana, es conciencia de la realidad.
El problema de lo que desde aquí llamamos madurismo -incluyendo al mismo Maduro- no es solamente político, sobre todo es un problema moral, es decir, de prácticas de vida, que no obedecen a la conciencia o a la razón más que al cuerpo, un problema moral por la carencia de ella. El madurismo muestra en público "virtud", y en privado actúan sus vicios. La verdad se les hace dura. Verdad es la voluntad de acercarse conscientemente a la realidad con una finalidad, y esa finalidad para los socialistas es hacer de la humanidad una forma de vida más amable, más "humanista", menos cruel, menos indiferente ante la vida y la muerte.
Para los que creen en la revolución socialista y para los que dicen que esto es una revolución socialista les decimos que es imposible hacer una revolución socialista sin crítica, sin autocrítica, sin actuar lo más cerca posible de la verdad. De nada vale censurar la crítica, vetar a los críticos del gobierno (que no es "revolucionario"), tapar el sol con un dedo... De nada vale decir que el gobierno y el partido de gobierno ganaron las elecciones cuando todos saben que el resultado fue adverso, que nadie salió a votar, que ese pírrico porcentaje que los hizo "ganadores" no legitima a nadie en el poder, que no es apoyo verdadero, que 4 no es mayor que 21 o treinta. Chávez, que tenía vergüenza política (Jorge Rodriguez o Elías Jaua dirían, "...que era un pendejo"), hace tiempo hubiera renunciado, jamás hubiera aceptado una victoria tan falsa como esta. No obstante el madurismo voltea hacia otro lado, se hace el pendejo, festeja su derrota como si fuera una victoria verdadera, como lo hace el que gana con trampas.
La historia es cíclica. Hoy vivimos tiempos grises, ha vencido la debilidad, pero habrá tiempos mejores donde renazca la vida con fuerza, emerja un pueblo con más coraje, una humanidad fuerte que nos ilumine, vuelva y se destaque el hombre rebelde sobre los miedosos, vuelva a pelear Chávez en todos los campos, en la política, en el mundo intelectual, académico, militar, vuelvan los estudiantes rebeldes y amantes del saber.
Es lamentable el veto que Aporrea la hace a Toby Valderrama (quizás a otros que no sabemos) y que el "sitio", un oasis de libre pensamiento, se pueda quedar sin sus escritores (y escribidores como yo) más críticos frente a las políticas contradictorias del gobierno -hoy aliado desvergonzado, impúdico, del capitalismo- y críticos a las pretensiones de poder de la vieja derecha, igualmente aliada del capitalismo. El socialismo ha resultado molesto, confuso para muchos que no mostraron fuerza para resistir, y peligroso para otros que no saben vivir de otra manera que no sea aprovechando de los que piensan, producen, construyen, medrando del espíritu ajeno como ladrones para alimentar el ego, el cargo, el estatus, o los pequeños vicios del chisme.
Nosotros seguiremos escribiendo y opinando, señalando a fondo las contradicciones de gente que en el discurso pretende ser un monolito moral, pero que en sus prácticas de vida los mueve el dinero, o la vanidad o la comodidad o el lujo o alguna adicción vulgar "vergonzante"...
Nos queda insistir que nuestro pequeño mundo sería otro si viviéramos más cerca de la verdad, de aquello que inspira y mueve la acción humana. Sólo así podemos cambiar el mundo
¡VIVA CHÁVEZ!, ¡ESTAMOS CON TOBY Y SUS "GRANOS DE MAÍZ"!