Comentaba días atrás un reconocido profesor universitario adscrito a la UPEl IPB que si en estos tiempos viviera el Dr. Jacinto Convit no podría realizar los aportes que hizo en las ciencias naturales, principalmente en la investigación médica sobre la vacuna contra el mal de chagas, dado que hoy los sueldos de los profesores universitarios no son competitivos y no se puede vivir con tales emolumentos. Y, agregamos nosotros, que seguramente sería captado por organizaciones privadas de Venezuela o el exterior. Como entiendo que pasó recientemente con unos hermanos trillizos graduados de médicos con excelentes promedios en la ULA-Merida, que apenas recibido el título y según fuentes digitales ya fueron captados por una universidad norteamericana para especializarse en ciertas áreas del conocimiento científico aplicado a la medicina; también se sabe que una miriada de jóvenes médicos han migrado en estos años de crisis a Chile, Ecuador, España, Estados Unidos y otros países, porque les ofrecen buenos incentivos. Como nos dijo semanas atrás un amigo sociólogo y escritor, Carlos Mendoza, mientras tomábamos un refresco y una rebanada de torta: ejercer en Venezuela una carrera científica no es una opción para las nuevas juventudes que viven llenos de temores y desencanto frente a la realidad presente. En consecuencia, la sociedad y las instituciones nacionales tienen la urgente necesidad de ofrecerle futuro a esta juventud, que tengan horizontes amplios y eso pasa, contrario a lo expresado por el siempre provocador y terrible crítico del status quo que es el Dr. José Sant- Ros, o como se escriba ese seudónimo del conocido escritor y profesor de la ULA Mérida, acerca de que los docentes e investigadores de las universidades autónomas y experimentales históricas, nunca han aportado nada en ciencia, tecnología o humanidades o literatura; sino que eran (y son) nada más que "eternos aspirantes de buenos sueldos". Además, en otras ocasiones ha dicho en sus textos periodísticos que sus despreciados colegas no son sino cazadores de puestos relevantes en política, por eso siempre anhelan ser reconocidos como funcionarios del Estado, diputados, senadores, embajadores, de allí que estén siempre conectados con líderes de la IV República y hoy adlateres de MCM. Por otra parte y por ahí hace ya décadas en lo personal he participado en discusiones si el Estado tiene el deber fijar sus políticas de ciencia y tecnología o son las universidades autónomas las llamadas a esa misión; en fin, una vaina casi bizantina porque tiene que ver con el modelo occidental europeo norteamericano de concebir el conocimiento y las universidades, lo concreto es, y antes de que se nos agote el espacio y se canse normalmente el posible lector, mi propósito es preguntar: cómo y cuánto van a ganar los docentes-investigadores adscritos a las nuevas universidades recién aprobadas? Son jubilados de la UCV y la SB? Son gente especial, como el Dr. José Rodríguez y no les importa tener buenos o malos sueldos, porque la ciencia los absorbe como guerreros de un culto a la ciencia de nuevo tipo? Para cerrar con estas reflexiones tan prosaicas sobre sueldos, prestaciones sociales, seguros médicos y funerarios de los hacedores de ciencia y técnica, el casi inexistente ministro del poder popular para la educación universitaria, no va a decir nada; por ejemplo, hay entonces dos subsistemas universitarios en Venezuela? Las destrozadas universidades tradicionales, sin buenos sueldos, ni comedor, biblioteca, transporte y servicios médicos que subsisten a la buena de Díos o hay otras universidades llamadas especializadas, como la del petróleo, ciencia, la comunicacion y otras más? O es que sus trabajadores del conocimiento lo hacen sólo por amor al arte? Ad honoren? En general, los docentes universitarios aspira tener buenos sueldos, como ciertos funcionarios del actual gobierno que uno los ve que andan en excelentes autos, bien vestidos y gorditos, qué de malo hay en eso? El asunto es que no haya tamañas contradicciones sociales, ahora no sé si los del as alto gobierno lean esta página web, aporrea.sergipeconectado.com, como antes; Pero si necesitan a un profesor de teoría de grafos, matemáticas especiales, literatura o filosofía de la ciencia y que a no aspire a buenos sueldos, le sugeriría que fueran a Mérida a buscar al Dr. José Sant-Roz. 334c5a