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La fascista Idania Chirinos le dice a María Corina: "Tú llevas 4 a 0, pero el que está mandando es Maduro". A María Corina se le congestionó el rostro, balbuceó y repitió mil veces lo que viene diciendo desde hace 25 años: "Esta es una dictadura criminal, asesina, terrorista, que viola derechos humanos, además aliada del narcotrafico y que reprime a todo el que la critique". 5l6z6t
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"Sí, tú llevas 4 a 0, y ahora el chavismo controla 23 gobernaciones y más de 90% de los escaños del parlamento". Y María Corina responde: "Pero así y todo, yo y el pueblo nos sentimos felices… Más del 85% de los venezolanos desobedecimos a este régimen y dijimos no. Hoy fracasó la estrategia de terror del régimen. Creyeron que a punta de amenazas iban a doblegar a la gente y eso lo que provocó fue más rabia. Hasta los empleados públicos que también dijeron no""
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Se acuerdan de aquel general Pirro, que dijo: "Con otra victoria así quedaremos aplastados para siempre", así debió haber dicho el comando político de doña María Corina. El cuadro es pavoroso para toda la ultra-derecha, como nunca en 23 años.
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Aquí en Mérida, un estado fuertemente ultra-derechista y guarimbera, Liliana Guerrero, la candidata a la Gobernación, sufrió una impresionante derrota. Y esto sucedió así, tomando en cuenta que Mérida es un territorio que ha sufrido un permanente asedio por parte del fascismo, por parte de una universidad "autónoma" ultra-derechista (la ULA), en la que llevan más de diez años con una dictadura (en la que no se volvieron a hacer elecciones), y una iglesia controlada por el godo requeté cardenal Baltazar Porras. Pero, así y todo, viene doña María Corina a cantar victoria, sublime victoria pírrica, porque en todos los andes también le dieron una paliza.
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Si uno ve el video de María Corina, hablando de los resultados electorales del pasado 25 de mayo, en el que asegura que volvió papillas al chavismo, uno se imagina que todos sus seguidores están brincando en una pata, que existe en la oposición un jolgorio descomunal, una felicidad generalizada, que en las urbanizaciones opositoras todos los días están tocando cacerolas de alegría, que su gente, pues, está feliz, cantando y bailando en una pata.
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Sin embargo, existe otro cuadro real, tanto dentro como fuera del país, y es que a María Corina nadie le está parando ni siquiera Trump ni el propio Marco Rubio. Requesens está arrecho, lo mismo que Capriles, con su llamado a no votar, sólo para mencionar a los más radicales ultra-derechistas. Así, pues, que la alegría de tísica de María Corina es horriblemente deprimente para su gente, es frustrante para quienes les siguen. En el fondo, en todos ellos, la delirante procesión va por dentro. Edmundo González se ha negado a declarar sobre esta debacle, Leopoldo López ha dicho que ya él no está para hablar sobre la situación política en Venezuela. Julio Borges ha dicho que Capriles es un fracasado y anda buscando respiro con el apoyo del chavismo. Juan Guaidó con las tronas que se mete no puede articular una frase coherente.
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Por otro lado, a María Corina no le queda más camino que apoyar ciegamente lo que decida Estados Unidos, es decir las deportaciones de migrantes venezolanos, la persecución y encarcelamiento que contra ellos se ha desatado en el Norte. Celebrar que Chevron no le compre más petróleo a Venezuela. Que le parece bien que se diga, porque para ella es ciento por ciento verdadero, que a cuanto venezolano cojan la ICE en EE UU, es del Tren de Aragua. Y lo que más dice la realidad, en cuanto a su aceptación política en el país, lo revela la prisión de Juan Pablo Guanipa que a nadie, ni dentro ni fuera de Venezuela, le ha importado un comino.