1- Marc de Civrieux nació en Niza, Francia, el 23 de diciembre de 1919. Su padre, Pierre Sellier fue relojero (también se ocupaba de orfebrería), quien inventó el primer reloj eléctrico. Era un aparato "muy grande y muy bello", por el cual recibió un reconocimiento especial del gobierno de Francia. Pierre Sellier se hizo teósofo, de la secta de Rudolf Steiner y esta influencia tuvo que ver en la decisión que tomó para separarse luego de su esposa Meryem Larréguy de Civrieux. La señora Larréguy tenía muy bien colocados los pies sobre la tierra, por lo cual, al ver a su marido envuelto en las complejidades de la secta de Steiner, comenzó a sentir preocupación por el destino de su familia. Aquellas reuniones espirituales, aquellas complejidades teosóficas de su marido lo fueron desviando de su esposa y de su hijo, y sobrevino la separación. an4k
2- En la familia Civrieux, hubo toda clase de gente tocada por los asuntos del espíritu. Del primero que tenemos noticias es de su bisabuelo Luis Desnoyers, conocido escritor quien publicó el clásico titulado: Les Mésaventures de Jean Paul Choppart, reeditado muchas veces en Francia. Por otro lado, Jean Marc de Civrieux tuvo un tío sacerdote, hombre simpático, a quien él no puede recordar sin una dulce sonrisa en los labios. Otro tío suyo, de nombre Marc también, un delicado hombre nacido para amar las cosas buenas, aunque tuvo un destino desgraciado al ser llevado al horror de la guerra; fue un notable poeta, devoto de Lamartine, católico y conservador, afiliado a la Actión Francaise, movimiento monarquista. Este personaje Marc, tenía un tío aristócrata como correspondía a su linaje, y con un importante título en el mundo militar; también escritor, hizo estudios sobre memorables batallas; en la primera guerra mundial, no teniendo aún edad Marc para ir a la guerra, este influyente personaje, severo y exageradamente patriota, le exigió a su sobrino que se alistara en el ejército. Marc fue a la guerra y murió en la batalla de Verdún. En su morral de soldado le fue encontrado un manuscrito (al lado de un poemario de Lamartine) que luego sería prologado por Romain Rolland y que tendría por título "Le Muse de Sang". El tío de Marc, el importante hombre militar que anticipándose al tiempo reglamentario, había obligado a su sobrino a cumplir con los sagrados valores patrios, al conocer aquella desgracia entró en la locura. Murió loco. Marc fue enterrado al lado de la tumba de Lamartine.
3- Devotos hipócritas de frenéticos corazones.* El autor de "Le Muse de Sang", adoraba a su hermana Meryem, y en este libro póstumo puede verse un poema dedicado a ella. Por este fraternal cariño y en recuerdo de su querido hermano fue por lo que al tener su primer y único hijo también le llamó Marc. Pero cuando el pequeño Marc quiso ser poeta la familia se preocupó. Marc pasaba horas y horas dedicado a componer poesía y sus notas en el Colegio Louis Le Grande, no eran muy buenas. Francia, un país con poetas malditos como Baudelaire, de grandes atormentados como Rimbaud y Verlaine, casi todos destrozados por el alcohol o por la droga y poseídos de un gran dolor por la humanidad, eran un ejemplo nada agradable para la señora Meryem quien hizo cuanto pudo para que las Musas no le arrebataran a su único hijo. El pequeño Marc acabó abandonando la poesía, pero quedaría eternamente marcado por ella; en realidad, nunca dejó de ser poeta: sus versos de angustia y dolor son inexpresables y corren por su sangre y sus nervios, están en sus ojos azules y callados, en su corazón.
4- El joven Jean Marc de Civrieux, el que habría de venir a prestar valiosos servicios a Venezuela (con el apellido que su madre quiso que adoptara, para conservar de algún modo los trazos de lo que para ella fue un luminoso linaje, y con el nombre de su querido hermano muerto en Verdún), pese a las aspiraciones prácticas de madame Meryem, siguió recibiendo influencia poética de compañeros de estudios en el Liceo Buffon, donde estudió. El ambiente entonces era muy propicio para las artes; además de asistir a las conferencias que aquella época dictaba el filósofo Henri Bergson en el Colegio de Francia, frecuentaba con un compañero hasta la Rue de Vaugirard, donde quedaba la librería de André Bretón; este fundador del surrealismo francés se acercaba para atenderlos con suma amabilidad, y hacía cuanto podía por responder sus inquietudes literarias. Allí llegó a encontrarse Marc con Salvador Dalí, con Jean Cotteau, Antonin Artaud, Pablo Picasso y tantos otros importantes hombres del movimiento surrealista.
5- Jean Marc llegó a Venezuela, con su señora madre, en diciembre de 1939. Muy pronto se matriculó en la Universidad Central de Venezuela donde obtuvo el título de geólogo. En este campo fueron muchos los trabajos científicos que aportó a nuestro país, pero están fuera del propósito de esta corta nota. Basta decir que Jean Marc de Civrieux fue autor de un Léxico Estratigráfico de Venezuela que fue muy útil durante los años cincuenta en Venezuela, y ha publicado gran cantidad de trabajos sobre etnología y antropología en importantes revistas especializadas.
6- Entre las obras más extraordinarias de Jean Marc De Civrieux, deben mencionarse: "Watunna, Un Ciclo de Creación en el Orinoco" (editado por Monte Ávila), "Los aborígenes de Venezuela" (editado por La Fundación La Salle de Ciencias Naturales), "El hombre en la naturaleza silvestre" (también editada por Monte Ávila), "Religión y Magia Kari'ña" (publicado por la U.CA.B.), "Los Caribes en la conquista de Venezuela" (también editado por la U.C.A.B.), "Los Últimos Coacas" (editado por la Sociedad Antropológica de Venezuela), entre muchos otros.
7- De modo, pues, que llegó Jean Marc De Civrieux a estas tierras, aportando una gran cantidad de conocimientos, investigaciones etnológicas y geológicas importantes, conviviendo largas temporadas con nuestras comunidades indígenas, con humildad, en silencio, con una bondad y generosidad realmente raras entre los hombres; con un desinterés extraordinario por títulos o cargos e incluso llegando hasta tener timidez por editar sus valiosos aportes a la cultura aborigen nuestra. Jamás quiso opinar sobre el debate político interno, manteniéndose al margen, su verdadera atención siempre estuvo dirigida al trabajo creador. Luego de haberse jubilado como profesor de la UDO en Cumaná, se trasladó a vivir a Mérida, en el sector de la Mucuy Baja, ya retirado, junto con su encantadora esposa, la guariqueña Gisela Barrios. Ocuparon una casita de campo, allí pintaban y cultivaban un hermoso jardín y atendían las más maravillosa y extraordinaria biblioteca, única en América Latina, llamada "Los Grandes Espacios".
8- El 7 de marzo de 1994, tengo recogido en mi diario, le hice una visita a mis compadres Jean Marc y a Gisela, junto con mi esposa de entonces María Fuentes, y mis hijas Alejandra y Adriana. Jean Marc es el padrino de Alejandra y Gisela Barrios la madrina de Adriana. Para ese momento, cosa rara, yo llevaba unos cinco meses que no los visitaba. Encontré a Jean Marc con su memoria muy deteriorada. Comprendí ese día que el hombre no requiere de nada mental para ser un santo. Salí a caminar con Jean Marc hasta la quebrada La Leona; en el camino Jean Marc de pronto se detuvo en el camino y me dijo que no recordaba a qué habíamos salido. Iba Jean Marc saludando con mucho respeto y reverencia a cuantos vecinos nos conseguíamos. Había sin embargo en él otra clase de lucidez impecable y dulce, como la de un niño. Entramos en un caminito que conduce a una casa que está en venta y de pronto me dice que él no sabe si tenemos derecho a entrar en aquel callejón. Nos devolvemos, y recuerdo a mi padre Javier Rodríguez, por cierto, con un parecido extraordinario a Van Gogh en sus últimos días, aquellos ojos brotados y ausentes de este mundo, cuando producto de una arterioesclerosis, fue perdiendo el sentido de la realidad, y también teníamos que atenderlo como a un niño. Cuando llegamos a la quebrada La Leona, Jean Marc me preguntó, señalando un enorme peñasco debajo de un árbol, si podía explicar los surcos que se estaban formando, las hendiduras y marcas que formaban las corrientes de agua. Me sorprendí observando verdaderos huecos sobre la piedra como si hubiesen sido hechos con algún objeto contundente. Le pregunté si él podía explicarlo, y me contestó que no. Entonces, como siempre lo hace, comenzó a recoger piedras, a observarlas detenidamente. Me pasó un grupo de ellas y me dijo que eran mías. Total que volvimos a casa cargados de piedras. El pequeño muro que bordea todo el corredor de su casa en La Mucuy Baja, está lleno de piedras de todo tipo que él ha ido guardando, coleccionando, algunas verdaderamente extrañas.
Ese 7 de marzo, allí en la Mucuy Baja, comenzó a lloviznar, y fui y me acomodé en el chinchorro que está en el corredor. Ahí me puse por largo rato a ver caer la tarde. Cantaban unos gallos desorientados, por el frente pasaron con dos bueyes, el ciego don Mecho cantaba la canción Las Golondrinas. A lo lejos vi una casita blanca de zinc, solitaria en una montaña, muy en lo alto de la montaña y me dije ojalá pudiera yo retirarme y vivir por aquí, y me fui durmiendo.
9- Como dije, Jean Marc de Civrieux llega a Venezuela con su señora madre, en diciembre de 1939, un pequeño y desconocido país que acababa de entrar, con la muerte reciente del general Gómez, al siglo XX. Recaló el barco en que venía, en la Guaira, donde fornidos negros y morenos sin camisas, abriéndose paso entre jaranas y risas, llevando en sus hombros enormes cargas. Jean Marc debió recordar el viaje inefable de Arthur Rimbaud a los confines del África, pero a diferencia de Rimbaud, Jean Marc tenía una dulce, adorable y encantadora madre, su protectora. De modo que no se planteó mientras ella viviese abandonarla, huir de las grandes urbes, perderse en una interminable y total fuga fuera de este mundo, conviviendo con los salvajes y experimentando con las drogas. Estaba aquel muchacho Jean Marc, procurando entender lo que oye a su alrededor, la requisa minuciosa de la policía que hace en los barcos, gente que llegan de todas partes del mundo, según dicen, con peligrosos comunistas encaletados. Es un mundo en pleno agite de guerras y bestiales conflictos, y precisamente la madre de Jean Marc ha escapado de Francia. El Presidente Eleazar López Contreras ha abierto las puertas de nuestro país a muchos emigrantes europeos mientras que centenares de patriotas que lucharon con coraje y valor contra la dictadura de su país, aún no pueden volver a su tierra. Es muy probable que en el barco que llegara Jean Marc, venían también muchos judíos, checos, italianos y polacos. En Venezuela para ese momento, casi todo sigue siendo virgen, como el mismo continente africano: lo que se sabía sobre flora, ríos y extensiones territoriales era cuanto habían descubierto el barón de Humboldt, Agustí Codazzi y Bartolomé Tavera Acosta. Aquel primer encuentro del muchacho Jean Marc con La Guaira, por donde habían desembarcado hombres eminentes llegados de tierras lejanas debió provocar en él una gran conmoción espiritual: era el encuentro con su destino. Es que Jean Marc era de la raza de grandes expedicionarios como Jean Costeau, a quien conoció. El canto de los pájaros, aquellos rostros semi aborígenes quemados por el inclemente sol, el laberinto de voces, gritos y cantos autóctonos debió hablarle de que habían llegado al paraíso.
10- Al poco tiempo, Jean Marc se matriculará en la Universidad Central de Venezuela donde con frecuencia oirá hablar del gran río Orinoco y de las etnias que habitan en la selva del Amazonas. Pocos años después llegará a decir: "– Soy un hombre que ama la naturaleza y mi aprendizaje lo he hecho en la selva". Ya entonces comienza a nacer en él la necesidad de internarse en un mundo desconocido, y traba amistad con compatriotas que tienen entre sus planes lanzarse en una gran expedición que llegue hasta las cabeceras del Orinoco, entonces desconocidas. Jean Marc será de los primeros en obtener un título en Geología en la UCV en 1945. A partir de allí, se dedicará con disciplina y amor por lo nuestro a investigar nuestras etnias, nuestros aborígenes. En este campo fueron muchos los trabajos científicos que él nos aportó. La colonia sa en Caracas no debió ser muy numerosa para entonces, y el coronel Carlos Delgado Chalbaud, cuya educación la había hecho en Francia, debió relacionarse con la familia de Jean Marc. Carlos Delgado Chalbaud era un hombre culto, amante de la buena música y de los buenos libros y solía reunirse muy poco con sus colegas del círculo militar, donde se hablaba las conversaciones versaban en ese ambiente, sobre prostitutas, modelos de carros, política de partidos y juegos de envite y azar, un lugar, además, en el que se tomaba licor. El joven Marc fue profesor de francés de la esposa de Carlos Delgado Chalbaud, y después me diría Jean Marc: "-Ella sabía más francés que yo". Tal vez lo hicieron para ayudarle económicamente, o porque el joven Jean Marc ya tenía una sólida formación intelectual y resultaba muy agradable tratarle.
11- Jean Marc sería uno de esos testigos mudos de aquellos días cargados de tensión política. Él llegó a ver al presidente Isaías Medina Angarita, quien había cambiado la cerveza de los bares del centro de Caracas (donde se echaba los palos con Andrés Eloy Blanco) por el whisky fino que se bebía en el Country Club. A la gente le dio por comentar que el whisky tumbaba el pelo, al saber que a Medina le gustaba. Jean Marc me dijo que Isaías Medina Angarita era un hombre muy simpático y amable. Pero todo aquello lo veía él de lejos, con mucha prudencia y respeto, y gran conmoción debió producirle primero el derrocamiento de Medina y luego todo el escandalazo de la muerte de Carlos Delgado Chalbaud, asesinado por Rafael Simón Urbina, con la consecuente animadversión de Marcos Pérez Jiménez contra la viuda de este Presidente, pues ella lo comprometía seriamente en lo del asesinato. Aquel pesado embrollo nacional, aquel mundo de conflictos y luchas por el poder lo llevarían a estar a mil leguas de todo lo que oliera someramente a política vernácula. Se concentró únicamente en sus estudios de investigación.
12- En realidad su obra es una de las más profundas y densas en su género: En 1949 presenta su trabajo sobre Exploración por la Región Amazónica de Venezuela, Cuadernos Verdes nº 79. 3ª, conferencia de Agricultura, Caracas. En la década de los 50 fue muy prolífica para él y publica en 1950, Vocabularios de Cuatro Dialectos Arawak del Río Guainía, editado por el Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales XIII,77. Pág. 121 al 159. En 1957 aparece Nombres Folklóricos e Indígenas de Algunas palmeras Amazónico Guayanesas con apuntes Etno Botánicos, editado en el Boletín de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales XVIII 89, páginas195-233. Ese mismo año realiza el Mapa Indígena de la Cuenca del Alto Orinoco, que aparece publicado en Memorias de las Ciencias Naturales La Salle, Caracas Nº 47 pág. 73 – 84. En1959 sale a la luz su trabajo sobre Datos Antropológicos de los Indios Kunuhana, en la revista Antropológica. Nº 98 895-1096. Además de las expediciones al Alto Orinoco, en 1957 realizó una exploración a Yucatán acompañado del recopilador de música e investigador Luis Laffer, recogiendo importantes datos documentales en especial sobre el Popol Vuh, del cual publicó 1973: El Árbol de Xibalbá, Popol Vuh Adentro, Revista ELAN, Universidad de Oriente, además de un rico material fotográfico y musical, parte del cual aparece en un disco de cantos Mayas El Último de los Coccon – Laffer-Civrieux. En 1960 Jean Marc de Civrieux publica Leyendas Makiritares, editado por la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle- Caracas. Ya otra vez en Venezuela después de haber vivido en la India (en el Ashram del Himalaya), de haber trabajado en Turquía (Erzurum, Bogaskoy, Armenia, etc) publica en 1967, Mitología Makiritare, editado por la Revista de Cultura ORIENTE, Universidad de Oriente, Cumaná. En 1968 sale a la luz: El Extraordinario Viaje de Medatia. Tradición Makiritare, publicado en la Revista ELAN, UDO. Cumaná.
13 - Después de su etapa Orinoquense y la del Medio y Lejano Oriente, Civrieux pasó a desarrollar una gran actividad científica en el oriente de Venezuela y desde allí continuó su gran investigación lingüística, etnobotánica y etnológica a partir de datos etnográficos e históricos y de trabajo de campo intensivo entre las comunidades KARIÑA de la Mesa de Guanipa nos entrega una gran producción científica como: La Civilización Marginal de Guanipa, publicada en 1971 en Letra Meridiano, Caracas; Cerro Negro, Revista de Cultura ORIENTE, UDO, 1972, Cumaná. En ese mismo año, también aparece: Mare Mare, Comentarios Etnomusicales al disco Nº 7 de Folklore Venezolano Laffer. En 1971 produce: Los Carrizos Precolombinos de Cumanacoa que aparece en la Revista de Cultura ORIENTE, UDO y en 1972: Los Carrizos Precolombinos de Cumanacoa, publicado en Comentarios Etnomusicales del Disco Nº 8 Folklore de Venezuela Laffer. Luego se traslada a las comunidades CUMANAGOTO en la costa y sur de Barcelona y publica en 1972 su investigación: Cumanagoto, a network of Modern Confusion, que aparece en Review de Etnology of Modern. Universitat Wien. En 1973, es editado su trabajo Religión y Magia Kariña, por el Instituto de Lenguas Indígenas de la UCAB, Caracas. En 1976 conocemos su trabajo Los Caribes y la Conquista de la Guayana Española, Etnoshitoria Kariña, publicado por el Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB. E igualmente Ritos Funerarios Kariña, Ciudad Bolívar. Es el gran estudioso de los COACA de las Montañas de Cumanacoa y publica en 1970: Los últimos Coacas, que aparece en la Revista Antropológica, Caracas Nº 26. En 1980 le editan Los Cumanagoto y sus Vecinos. Etnología Antigua de Venezuela, Vol. 1 Fundación La Salle, Caracas. Conoce y a a las comunidades CHAIMA de Caripe y otras montañas de la sierra del Turimiquire y publica en 1997 Los Chaima del Guácharo, una publicación del Banco Central- Biblioteca Nacional. Arte. Caracas. Además, en una base de datos, Jean Marc recopiló un intenso trabajo sobre los Waikerí, denominado La Tentación de las Perlas o Diario de Cumaná (recientemente editado por Monte Ávila), donde recoge experiencias de navegantes y pescadores desde tiempos precolombinos, y que ocuparon las costas de Cumaná e isla de Margarita. De este modo completa así un panorama de la etnología del oriente venezolano.
14- Durante la preparación de los trabajos de etnología antigua y moderna, recopiló importantes datos bibliográficos e históricos de toda Venezuela: de la parte oriental, occidental, central, centro occidental, costera, llanera, guayanesa, etc. En lo que respecta a los estudios etnológicos del occidente de Venezuela tuvo muchos os con los Paraujanos de Sinamica y de Santa Rosa de Aguas, en los cuales recopiló importantes datos y grabó un disco con cantos y décimas. De las investigaciones realizadas por Civrieux, muchas de ellas han sido publicadas en Venezuela. La de mayor difusión ha sido WATUNNA, Un Ciclo de Creación en el Orinoco, obra que revela el rico universo mítico e histórico de la etnia yekuana. El Watunna atribuye un carácter ético a la formación de esta orgullosa nación indígena que ocupa un amplio territorio orinoquense que comprende las montañas y lugares sagrados distribuidos en los alrededores de los afluentes de los ríos Orinoco, Caura, Kunucunuma, Iguapo y Padamo. Al paso de los años, luego de la reedición de WATUNNA en 1992 dicha obra ha sido considerada un importante documento antropológico, la revelación de un ciclo mítico de creación, por lo que su autor, al igual que Fr. Cesáreo de Armellada, fallecido en 1996, quien realizó una extensa investigación sobre la mitología pemona del Alto Caroní, resalta como uno de los estudiosos más importantes en el campo de la orinoquia indígena en el siglo XX. Lleva varias ediciones WATUNNA tanto en Venezuela como en Estados Unidos. Se tiene las ediciones de 1970 y 1992 realizada por Monte Ávila Editores, y las de 1992 y 1997 WATUNNA an Orinoco Creation Cycle, con una traducción de D. Guss., una publicada por North Point Press, USA. San Francisco y la otra por la Universidad de Texas. Otras publicaciones sobre Leyendas de Watunna son la de 1977: Three Legends from Watunna, Revista Parábola. New York, USA; la de 1985, Medatia A Makiritare Shamans’s Tale, en The Language of the birds de David Guss. North Point Pres. California, USA. Otros de los libros de Jean Marc ampliamente consultados y difundidos, difíciles de conseguir, y editado por Monte Ávila en 1973 es El Hombre Silvestre Ante la Naturaleza. No hubo hippie de la década de los setenta que no llevase en su morral este bello y esencial libro de Marc. Paralelamente a la labor docente, a la prolífica investigación etnológica Jean Marc realizó diversas investigaciones geológicas en diversas instituciones venezolanas, como en el Ministerio de Minas e Hidrocarburos, en la Universidad Central de Venezuela, en la Escuela Técnica Industrial de Venezuela, Universidad de Oriente, etc.
15- SOBRE LA BIBLIOTECA DE JEAN MARC DE CIVRIEUX
Jean Marc de Civrieux, a través de los años, logró levantar, pulso a pulso, dos notables bibliotecas: una de geología la cual donó a la Universidad de Oriente y otra de más de 9500 volúmenes sobre la historia material y espiritual de la humanidad, con textos de etnología, mitología, religión, ciencias naturales, astronomía, incluyendo sobre todo lo que tiene que ver con Venezuela y América en general. Esta colección fue pacientemente recopilada y clasificada para el conocimiento de la historia universal y como hemos dicho en particular de Venezuela y de América para posibilitar investigaciones con una visión humanística, coherente y profunda de la historia. Jean Marc considera que el conocimiento de las mitologías y el patrimonio oral de las diferentes culturas como aportes a la historia, son imposibles de obviar por cifrarse en ellas claves fundamentales para la comprensión actual del fenómeno cultural en sus interrelaciones y legitimación social. Como se ha mencionado, además de los trabajos de investigación realizados por Civrieux, basados en la experiencia directa, sobre el terreno, otros los han sido con base a datos dispersos en numerosas publicaciones en diferentes idiomas (inglés, francés, alemán, portugués, italiano, etc. Recopilados en castellano estos numerosos datos dispersos y como tal, de difícil interpretación mientras permanecen aislados, facilitan investigaciones etno históricas. Por otra parte, a través de los numerosos os con comunidades indígenas del Alto Orinoco, de la Mesa de Guanipa y otras de Venezuela y de centro América, el profesor recopiló valiosa información que vació en manuscritos ordenados, algunos están en proceso de hacerse ilegibles por venir escritos a lápiz, que bien podrían revisarse, organizarse para una posible publicación de indudable aporte al patrimonio cultural del país. De esos manuscritos existentes se pueden señalar: Religión y Magia Yekuana, Apuntes para un vocabulario kariña, El mito en las sociedades naturales y en las sociedades urbanas (un ensayo ya prácticamente transcrito) yla Bibliografía de etnología antigua de Venezuela, entre otras. Durante esta amplia labor de investigación Jean Marc de Civrieux recogió valioso material audiovisual que reposa en la biblioteca (diapositivas, fotografías y filmes de autor y de otros) de modo que, en este sentido, por la amplia trayectoria de trabajo intelectual del profesor se albergan en su biblioteca invalorables documentos que, pudieran ser de gran provecho para las nuevas generaciones de investigadores. Por las razones aludidas bien pudiera ser actualizado dicho espacio como centro de estudio, documentación e investigación y realizarse la compilación, ordenamiento, revisión y publicación de los datos inéditos y manuscritos antes mencionados; la conservación del material audiovisual y la reedición de sus obras por su gran alcance venezolanista y universal.
En fin, los espacios abiertos frente al Golfo de Cariaco, así como aquellos de las selvas del Orinoco y Amazonas, han nutrido sus sueños y sus trabajos. Posee, insistimos, una de las bibliotecas más completas en su género, la cual fue la esencia de su vida, y quizás la razón más genuina de su existencia. Su cultura era vasta y profunda, y se internó en temas que tenían que ver con la contemplación interior que le llevó a conocer a Gurdieff, y hasta a escribir un libro de su vida y su obra.
16- PARTE DE SU OBRA
Como geólogo de formación, pero con una gran curiosidad y sensibilidad antropológica hacia las distintas etnias indígenas con las que tuvo o, formó parte de la Expedición que en 1951 remontó las fuentes del Orinoco, mostrando su interés por la mitología y otros aspectos culturales de los aborígenes de las tierras continentales venezolanas. Ya desde los años 40, conoció y tuvo o con kariña de la Mesa de Guanipa y en 1946, en compañía del entomólogo René Lichy, recorrió diversos afluentes del río Orinoco, entre ellos el Brazo Casiquiare. Recopiló desde entonces importantes datos documentales que han sido publicados posteriormente en:
1949: Exploración por la Región Amazónica de Venezuela. Cuadernos Verdes nº 79. 3ª, conferencia de Agricultura, Caracas.
Antes de la gran expedición al Orinoco, Civrieux y Lichý realizaron una valiosa expedición al Marahuaka (Orinoco, en 950) así como exploraciones por ríos llaneros afluentes del Orinoco. Durante estas jornadas tuvieron nuevos os con familias yekuana y de otras etnias. Recopilaron, desde los primeros os importantes, datos documentales que han sido publicados gran parte de ellos. El tema tratado fue extenso y engloba, entre otros campos del saber, a la etnología, la lingüística, etnobotánica, hidrología, geología, etc. En el transcurso de los años 50 a 60 enfoca su esfuerzo hacia el compendio de narraciones de la amplia mitología yekuana. Con esto logró la recopilación de invalorables datos etnográficos a partir de la experiencia directa y a través de trabajos de campo al lado de informantes y sabios indígenas, como Manuel Velázquez "Dawasehuma", quien fue patriarca de la Esmeralda y guía de los primeros exploradores que llegaron a las fuentes del Orinoco en la Sierra Parima.
Paralelamente a la labor docente en la UDO, a la prolífica investigación etnológica que realizó también se dedicó a la geología en diversas instituciones venezolanas (Ministerio de Minas e Hidrocarburos, Universidad Central de Venezuela, Escuela Técnica Industrial de Venezuela, Universidad de Oriente) y etnológica – histórica. Como se ha mencionado, además de los trabajos de investigación realizados por Civrieux basados en la experiencia directa, sobre el terreno, otros los han sido en base a datos dispersos en numerosas publicaciones en diferentes idiomas (inglés, francés, alemán, portugués, italiano, etc.) recopilados en castellano con numerosos datos dispersos y como tal, de difícil interpretación.
17 – Finalmente, es fundamental referirnos a Gisela Barrios, una guariqueña, abogada, que sus afanes de también culturales, recaló en Cumaná donde conoció a este genio de Jean Marc De Civrieux. Las cualidades humanas y artísticas de Gisela Barrios son múltiples, y en ello hay que destacar, que debe provenir de una de esas etnias que se establecieron entre los Estados Guárico y Anzoátegui, como mi propia familia (los Rodríguez, quizás de la Mesa de Guanipa) que estuvo radicada por décadas en Santa María de Ipire, y me estoy refiriendo a la etnia Cumanagoto. Gisela es conocedora como pocos en este país las culturas aborígenes, ha sido ella quien trabajó durante décadas al lado de su esposo, la que se encargó de recopilar su inmensa obra, la guardiana y albaceas de sus trabajos, de su legado, de sus investigaciones, y la protectora de la Biblioteca que durante toda su vida Jean Marc fue reuniendo, formando. Pero Gisela es de las personas que trabajan con mucha dedicación y precisión desde la sombra, apartada
* Tomado de Le Muse de Sang. Romain Rolland tituló el prólogo a este poemario: "Para un mártir".