El maestro y el profesor venezolanos, creadores de valor y de valores 33582w

Creo que todos tenemos recuerdos de algún maestro o profesor que en cierto momento de nuestros estudio se levantó como una figura de referencia en aspectos importantes, porque nos abrió caminos o nos enseños paisajes del conocimiento o del convivir que fueron como descubrimientos, inicios que nos orientaron y modificaron en algo nuestra conducta juvenil. v13r

Como aquella profesora inmigrante enamorada de la Grecia Antigua, o el profesor de Geografía que nos llevó al Zulia, cuando este era un territorio casi desconocido y no se oían las gaitas, en fin muchos maestros y profesores que enseñaban que la vida tiene otros colores y olores distintos a los que uno ha conocido.

Es que tanto el maestro como el profesor desempeñan un papel fundamental en la construcción de los valores personales de sus alumnos y de la sociedad, no solo como transmisor de conocimientos, sino también como creador de esos valores. Como creadores de ciudadanos. Su influencia trasciende el aula, moldeando actitudes, principios, experiencias y afectividades que los estudiantes llevarán consigo a lo largo de sus vidas.

Creo que esto es bueno recordarlo para incluirlo en una posible transformación educativa que fortalezca la transmisión de valores afectivos hacia Venezuela, en momentos de ataque indiscriminado contra el país y de crisis global que se lleva por delante todo lo que se le oponga.

Entiendo así que el valor que genera un maestro no se mide únicamente en el aprendizaje académico, sino en la capacidad de inspirar pensamiento crítico, creatividad y responsabilidad y por sobre todo afectividad. Un docente estimula la curiosidad y el deseo de aprender dejando una huella profunda en sus alumnos, fomentando una mentalidad de crecimiento que impulsa a muchos jóvenes a esa afectividad, la racionalidad, la historia, a buscar soluciones, innovar y contribuir al desarrollo de su entorno. Este impacto puede que no sea inmediato, pero se evidenciará en el tiempo, cuando las semillas del conocimiento germinan en individuos y traen cambios positivos a sus comunidades.

Conjuntamente con la dimensión académica, el maestro es un guía moral que ayuda a sus alumnos a construir un marco ético más sólido. A través de su comportamiento, enseñanzas y el trato con sus estudiantes, transmite valores esenciales como el amor a la patria, el esfuerzo del trabajo, la honestidad, el respeto, la solidaridad, el ser parte de una comunidad y la perseverancia. No solo instruye con palabras, sino con el ejemplo, convirtiéndose en un modelo a seguir que influye en la forma en que los jóvenes se relacionan con los demás y enfrentan los desafíos de la vida.

La educación en su papel de ser más allá de simple transmisión de información debe contar con instrumentos para que las personas que la practican y la aman puedan plenamente convertirla en una herramienta de transformación social.

El verdadero poder del maestro y del profesor radica en su capacidad para transformar vidas, dotando a sus alumnos de herramientas para comprender el mundo y participar activamente en su construcción, más si se quiere realmente construir una sociedad arraigada en valores socialistas.

Así, el maestro se convierte en un creador de valor y de valores, dejando una huella imborrable en la sociedad.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 695 veces. 713q4y



Oscar Rodríguez E 15o6i


Visite el perfil de Oscar Rodríguez E para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea. 3a72r


Noticias Recientes: 642x5