5n3152
En el mes de mayo del año 2018 (¡¡es decir, hace 7 años!!) Nicolás Maduro expresó en su discurso de juramentación ante la fracasada ANC: "Hay que hacer las cosas de nuevo y mejor, más allá de la consigna, más allá del aplauso. ¡No estamos haciendo las cosas bien, y tenemos que cambiar a este país!"....Y luego remató: "No hay excusas, no hay excusas, tenemos todo el poder político de este país; tenemos todas las gobernaciones, todas las alcaldías, todos los Consejos Legislativos los ganamos, los 23 Consejos Legislativos, la Asamblea Nacional Constituyente y la Presidencia de la República No podemos tener excusa para atender los problemas del pueblo compañeros, compañeras"
7 "doritos" despúes, como si no hubiese pasado el tiempo, ayer volvió a decir algo similar en el discurso ante la juramentación de Luir Reyes Reyes en Lara y la entrega del mamotreto llamado Ley de las 7 Transformaciones: "No tenemos derecho a fallar" .
Hoy, con 16 trimestres consecutivos de crecimiento económico, con una producción de un millón de barriles de petróleo, (más la venta de oro y otros minerales valiosos del Arco Minero del Orinoco) con una recaudación fiscal milmillonaria y un control absoluto de todas las instancias de poder formal en Venezuela se sigue fallando al tener un pueblo depauperado, con crecientes índices de miseria y de indigencia y una debilidad axiológica terrible. Hay que pasearse por la Venezuela de verdad (hay otra también lujosa y llena de otras verdades), esa que no está en el "Country Club, ni en el este de Caracas y mucho menos en Miraflores.
Si algo crea malestar en el pueblo es la enorme desigualdad social que se ha venido incrementando en los últimos años del gobierno y que desacredita el discurso, o el relato de equidad, de solidaridad, igualdad e inclusión social. Ya hemos advertido que el pueblo mira con estupor, con pasmo, con desprecio la brecha que cada día se ensancha entre una burguesía parasitaria tradicional y una emergente, los "altos funcionarios públicos" que nadan en el derroche, la pompa y el lujo ante un pueblo al que pretende ensalzársele con la perorata de que éste ha "resistido" las sanciones imperiales.
Ciertamente, el pueblo ha resistido y sufrido, pero los otros al parecer las han disfrutado en sus oficinas con aire acondicionado, en sus vehículos de alta gama, en sus viviendas con todos los servicios disponibles y en no hacer colas para nada, porque ellos son especiales y eso enerva a la gente, al pueblo "de a pie", al pueblo oprimido".
Como lo expresamos anteriormente: En cada cola de gasolina, más aún en quienes no pueden surtir el combustible y se quedan enfadados (la palabra es "arrechos"), en cada apagón de luz, en cada retraso en la entrega del gas, etc, encontramos la queja, el malestar, la frustración del pueblo contra el gobierno todo, los gobernadores, alcaldes y el presidente Nicolás Maduro. Es parte del debate que debemos dar entre revolucionarios y con el pueblo todo. /actualidad/a337197.html.
Chávez lo dijo e hizo así: "Estamos aquí para hacer una revolución. No para hacernos ricos, o para crear una nueva clase social de nuevos ricos, una nueva elite política, que le dé la espalda al pueblo campesino que aquí está, al pueblo pobre de esta sabana, al pueblo pobre de las ciudades, a los obreros, a las mujeres, a los niños, a los estudiantes… Con ellos se nos va la vida, por ellos se nos tiene que ir la vida, hago ese llamado una vez más…" https://tatuytv.org/conciliacion-o-radicalizacion-el-ejemplo-de-chavez/. Se trata de un dilema histórico. El comandante Chávez asumió con firmeza el camino hacia la radicalización, advirtiéndonos con insistencia del peligro que corren las revoluciones cuando son carcomidas por el reformismo. En cambio, el actual gobierno ha optado crecientemente por el rumbo complaciente y socialdemócrata. Miremos entonces la tendencia histórica de Hugo Chávez y ahora la del gobierno actual, proyectos a nuestro juicio cada vez más antagónicos.
Quienes somos críticos de las políticas antipopulares del gobierno actual, no podemos ceder ante el chantaje argumentativo (volviendo a Mao) de la contradicción principal y las contradicciones secundarias, o que haciendo críticas nos alineamos con la derecha. No. Acá quien se ha alineado con la derecha es el propio gobierno que ha hecho suyas las propuestas de la burguesía, en lo económico, en lo laboral y el detener el proceso de transformaciones liderado por Hugo Chávez.
Entendemos y debemos combatir al enemigo fundamental: la burguesía y el imperialismo. Pero también las deficiencias y desviaciones del proceso revolucionario que, tanto Chávez, como Maduro y el propio Diosdado han cuestionado y llamado a criticar. Sin claudicar. Lo de la calidad de vida no es una visión eurocéntrica, sino una demanda de vida digna. Eso que los bolivianos llaman "el buen vivir" y que Chávez llamaba el "vivir viviendo"