Finalmente me escapé de Venezuela, esto, después de haber sido advertido a punta de pistola a la cabeza por un efectivo de la FAES (hoy día la DIE) --- una de las policías "especiales" de Maduro --- de que si yo no paraba de escribir en contra de Maduro y su gobierno, me iban a matar. Y eso fue después de haber estado escribiendo aquí en Aporrea durante más de 20 años, sí señor. Algo le ha estado molestando mucho a Maduro y a su gente para tener que recurrir a matarme o callarme. Sí señor. Me demoré un año en planificar mi escape por la vía terrestre (34 horas en autobús) desde la costa venezolana donde vivía, viajando por el territorio venezolano indocumentado (sin cédula vigente ni pasaporte), pasando enseguida clandestinamente a Colombia, donde me permitieron permanecer un tiempo ilegalmente para arreglar mis documentos antes de salir de Colombia y llegar a Canadá, donde me encuentro hoy. ¡Gracias Colombia! Hoy estoy fuera de Venezuela, donde finalmente empecé a comer bien como todos los seres humanos deberían comer, y aumenté 16 kilos. Había vivido más de 10 años en Venezuela en una situación de desnutrición crónica bajando de peso hasta llegar a solamente 50 kilos. Sí señor, solo 50 kilos. Hoy, cinco meses después de haberme escapado de Venezuela, peso 66 kilos. ¡Gracias Colombia! ¡Gracias Canadá! Bueno … Mi hijo pagó mi escape, el cual demoró 43 días y costó un poco más de $5000. Yo no tenía suficiente dinero para hacer ese viaje, no, no, no. ¿Cómo? El poco dinero que había guardado (a expensas de mi salud, por supuesto) escondido en dólares en efectivo en mi taller, era para emergencias, y aunque este viaje era, de hecho, una emergencia, ese dinero solo me alcanzaba para el autobús y unos 5 o 6 días de hotel y comida, eso, sin contar el costo de mi pasaporte y el vuelo de Bogotá a Toronto, los días de espera para mis documentos y las posibles multas por andar indocumentado, es que, mi ingreso regular en Venezuela, como el de millones de venezolanos y venezolanas, era de menos de $45 mensuales, lo cual no alcanzaba para nada. Por eso perdí tanto peso en Venezuela, lo cual (la desnutrición crónica) también me causó 4 ataques de corazón entre el 2023 y 2024. Pero ... !sobreviví! Sí señor, ¡hah! Bueno ... Hoy estoy fuera de Venezuela y tengo mucho que decir (mucho, mucho, mucho), sin embargo, no podré decirlo todo aquí en Aporrea porque gran parte de lo que quiero decir --- cosas que creo serían buenas que ustedes supieran sobre le verdadera realidad venezolana --- podrían comprometer a Aporrea y meterlos en graves problemas "legales" (o de amenazas) con el gobierno de Maduro, el cual no quiere que la verdad sobre Venezuela sea conocida, particularmente por la gente que vive en el extranjero y que no conoce Venezuela íntimamente como yo la conozco. Por eso --- por no poder decirlo todo en Aporrea --- encontraré otra manera de hacerlo, les avisaré. Mientras tanto, sepan que he conocido Venezuela desde hace 49 años. Llegué a Venezuela por primera vez en los años 1970 para trabajar como misionero en los barrios de Caracas y en las selvas de Barlovento. Viví en Venezuela durante (un total) de más de 23 años y conozco más del territorio venezolano que la mayoría de los venezolanos y las venezolanas que nacieron allí. Viví en muchos lugares en Venezuela y trabajé nueve años como corresponsal internacional (en inglés para Vheadline.com) viajando por gran parte del país en autobús de pueblo en pueblo. Conozco Venezuela muy bien, y me enamoré de ella, pero hoy, para mí, y ciertamente para millones más, Venezuela es solamente y lamentablemente una torcida imitación (en descomposición) de lo que una vez fue y que jamás volverá a ser. Pero, aun así, la quiero, mucho … sin embargo, ya no puedo vivir allí … sin morir anticipadamente (casi no pude escaparme debido a que me estaba muriendo). No soy suficiente deshonesto, ni vivo, ni corrupto para vivir en Venezuela. No puedo vivir en ese tipo de sociedad. Nunca pude. Nunca podré. Saben, Venezuela me duele mucho, por eso tengo tanto más que decir. Es como de haber estado casado --- enamorado --- durante 49 años, y que de repente mi esposa se transformara en una especia de monstruo que no solo me comiera en vivo (a mí), sino a cualquiera que se le atravesara, arrancándoles la carne pedazo por pedazo hasta dejarlos en una pila de huesos en un pozo de barro y sangre. Así me siento, desafortunadamente (aunque hay mucho más detrás de eso que no puedo contarles aquí en Aporrea, cosas horribles). De todas maneras, repito, estoy fuera de Venezuela, sano y salvo, y estoy por fin viviendo tranquilo sin las amenazas de ser secuestrado y torturado como me pasó en Güiria (Venezuela) en el 2015. (Esa es otra de las historias que no les puedo contar aquí en Aporrea, entre muchas.) Bueno, les avisaré aquí en Aporrea --- si me lo permiten (espero que sí) --- sobre cómo y cuando les contaré más sobre los muchos "secretos" que Venezuela oculta y que Maduro y su gobierno no quieren que nadie conozca. Gracias por escucharme, y gracias a Aporrea por publicarme. [email protected] 395345