El periodista Juancho Marcano que había regresado del conuco donde habló largamente con la mata de mango con relación al largo castigo que ha proporcionado la sequía a la Tacarigua de Margarita y por ende a las plantas, conversaba ahora, cerca del portón, con su amigo Evaristo, mientras el perro Pipo observaba que un colibrí multicolor, hacía esfuerzos por tomarse el néctar de una flor de trinitaria que ya se estaba descolorizando por los destellos del sol. 1g5n3g
Cuando el reportero terminó la conversa con el mencionado amigo, Pipo, sin esperar un minuto, se le acercó y en su mirada se le veía la curiosidad por saber de qué estaban hablando dichas personas, por eso la liebre de la pregunta saltó de la boca del peludo: -
- ¿Juancho sobre qué conversabas con Evaristo?
El periodista que tenía ganas de seguir hacia el interior de la vivienda, pues ya estaba cerca la hora del almuerzo, se detuvo, observó a su perro y cómo pensando "este Pipo si es curioso", le señaló: "En principio hablamos del tema que ha sido recurrente entre nosotros, como lo es la sequía, porque de verdad, verdad, no se había visto tal sequedad en este siglo por lo menos; luego Evaristo me mostró su preocupación por la preparación de los niños actualmente en la escuela, pues leyó un informe de La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) que lo dejó perplejo".
- ¿Por qué Juancho? Interrumpió el peludo ante tal afirmación.
- Porque resulta, Pipo, que los niños y adolescentes tienen muchas fallas en el dominio verbal y en las matemáticas, las cuales son materias muy importantes para el desarrollo intelectual de las personas para poder dirigir cualquier empresa que emprendan en un futuro.
- Lastimoso muy lastimoso, Juancho. Pero ya eso es un problema que tendrán que resolver, porque no está en tus manos ni en las de Evaristo. Por eso cambio de tema y para el futuro te digo como San Agustín: "Dios proporciona el viento, el hombre debe izar la vela", dijo el can.
- Así es, Pipo, dijo el periodista, quien luego de abrazar a su perro, siguió para el interior de la vivienda para esperar el almuerzo.