El sol ese día se paró más temprano y empezó con sus rayos ardientes alumbrar el día. El periodista Juancho Marcano en vista de eso, luego de desayunar, se dio a la tarea de buscar un tobo y un pequeño envase para regar los helechos, las calas y las orquídeas. "Con estas plantas hay que hacer el sacrificio de cuidarlas, echándole un poquito de agua a cada una, pues son las que adornan la casa, porque una casa sin jardín y sin matas ornamentales, es como una capilla sin santo", pensó el reportero al empezar la mencionada labor. 4e582e
El perro Pipo parado en el portón observaba como las personas empezaban a pasar hacia abajo y hacia arriba y hasta su amigo, el perrito Yey, iba con su papá humano seguramente a visitar a una tía que vive por ahí cerca.
Pero el peludo cuando observó a Juancho sentarse para leer un mensaje que llegó a su celular, se le acercó, y una vez que miró que ya el periodista había leído la nota en el aparato telefónico, le señaló: "Juancho, te quería comentar algo que oí en la emisora comunitaria y me parece que es una cosa digna de toda alabanza y que merece una salva de aplausos, porque, a mi parecer, hay ciertas personas que han entendido la importancia de querer y respetar a los animales y eso es bien bueno para vivir en la armonía que hemos hablado en este medio ambiente".
Juancho Marcano observó a su perro y sin pensar por dónde venía, se adelantó y preguntó: ¿Pipo y qué te causa tanta iración?
- El gesto, Juancho, de deportistas y cantantes que han donado millones de dólares para mantener ciertos refugios de animales. ¿Qué te parece?
- Me parece bien, Pipo, y ¿me podrá decir el nombre de algunas de esas personas?
- De los que recuerdos están los peloteros: Shohei Ohtani y José Altuve y el futbolista Cristiano Ronaldo, y la cantante Shakira, señaló el perro.
- Excelente, Pipo. Pero por otro parte, tú podrás decirme quien indicó: "La única forma de hacer un trabajo excelente es amar lo que haces"
- Claro, Juancho, ese fue Steve Jobs.
- Correcto, Pipo, pero voy a seguir haciendo el trabajo de regar las matas con amor para que salga excelente.