El periodista Juancho Marcano, luego de recorrer el conuco y observar las sonrisas de las plantas por un chubasco que vino a visitar la Tacarigua de Margarita en días pasados, llegó hasta la mata de mango donde ésta conversaba con el perro Pipo y como los vio tan entretenidos, esperó el momento oportuno para intervenir y cuando le llegó, manifestó: "¿De qué hablan mis amigos?" 2w4p14
La mata de mango no esperó que Pipo se adelantara y exclamó: "Usted me va a perdonar, Juancho, pero por lo que hablé con Pipo, te voy a decir que ustedes los hombres inventan día para celebrar cualquier cosa, por ejemplo, en días pasado, para ustedes era el día del árbol y eso para qué, cuál homenaje se le rindió, qué hicieron para nosotros llevar una vida mejor, una vida donde se respete y se quieran y no se metan con los árboles y, de paso, que se entienda de una vez que las plantas de una u otra forma son parte de la vida del planeta y sin éllas el mundo sería un erial, como dicen ustedes por ahí; e igualmente que se deje claro que nosotros formamos parte de este medio ambiente y por eso tenemos que vivir en armonía todos los seres vivos que habitamos en este planeta".
El periodista Juancho Marcano escuchaba con mucha atención a su amiga la mata de mango y con cierta pena y vergüenza por los crímenes e irrespeto que se cometen con los árboles, no quiso interrumpir y la mata de mango siguió exponiendo: "Aquí estamos indefensos, aquí viene cualquier desgraciado y degenerado y nos cae a machete y a hacha limpia, sin pensar que las matas también sufren, y eso Juancho hay que denunciarlo y se creen leyes bastante duras para todos aquellos que asesinen los árboles, lo cual lo hacen sin piedad ni compasión. Pongo punto y aparte y he dicho".
Juancho solo dijo que sigue siendo un misterio el porqué no se le presta la debida atención a los árboles, y Pipo al oírlo dijo: Y ya que hablas de misterio, Albert Einstein señaló: "El mayor misterio del mundo es que resulta comprensible".
El periodista observó al perro, lo aplaudió por lo que dijo, se despidió de la mata de mango a la cual le dio a entender que tenía toda la razón del mundo, y convidó a Pipo a regresar a la casa.
