Las redes sociales, el caballo de troya de la era tecnofeudal 514j5s

En la era digital contemporánea, estamos presenciando una transformación radical de las estructuras de poder económico y social. El concepto de "tecnofeudalismo" emerge como una perspectiva crítica para entender cómo las grandes plataformas tecnológicas están reconfigurando las relaciones sociales, económicas y políticas, particularmente a través de las redes sociales. z1f6z

El tecnofeudalismo describe un sistema en el que el poder económico se concentra en manos de un pequeño grupo de corporaciones tecnológicas que controlan la infraestructura digital. A diferencia del capitalismo tradicional, donde la propiedad de los medios de producción física era central, en el tecnofeudalismo lo crucial es el control de los datos, las plataformas y los algoritmos.

Las grandes empresas tecnológicas como Meta (Facebook), X (antes Twitter), Google, Amazon y TikTok no solo dominan sus respectivos mercados, sino que han creado ecosistemas completos donde establecen las reglas, controlan el y extraen valor de manera similar a como los señores feudales controlaban sus tierras y vasallos.

Las redes sociales son uno de los pilares del tecnofeudalismo. Estas plataformas no solo facilitan la comunicación, sino que también actúan como mediadoras en la difusión de información. A continuación, se analizan algunas de las formas en que las redes sociales perpetúan el tecnofeudalismo.

Los algoritmos de las redes sociales determinan qué contenido es visible para los s. Esto no solo afecta la información que consumen, sino que también influye en sus opiniones y comportamientos. La curaduría de contenido puede ser una forma de censura, donde ciertos puntos de vista son privilegiados sobre otros, reforzando así la narrativa de las plataformas.

Las redes sociales compiten por la atención de los s, creando un sistema donde el tiempo es un recurso valioso. Esta economía de la atención lleva a la creación de contenidos que priorizan la viralidad sobre la calidad, lo que puede resultar en la desinformación y la polarización social.

Los s de redes sociales a menudo son tratados como productos en lugar de consumidores. Sus datos son recolectados y vendidos, y su interacción con la plataforma se monetiza. Este modelo de negocio refuerza el poder de las empresas tecnológicas, alimentando un ciclo de explotación.

El tecnofeudalismo y las redes sociales tienen profundas implicaciones para la sociedad y la política. La concentración de poder en manos de unas pocas empresas plantea preguntas sobre la democracia y la equidad. La manipulación de información puede influir en elecciones y decisiones políticas, haciendo que el control corporativo sea una amenaza para la soberanía del individuo.

Existe una desigualdad social, una brecha entre quienes tienen a la tecnología y quienes no se amplía. Aquellos sin a internet o habilidades digitales se ven excluidos de la participación plena en la sociedad, perpetuando así la desigualdad. La manipulación de la información y la falta de transparencia en las decisiones algorítmicas pueden socavar la confianza pública en las instituciones democráticas. La desinformación se convierte en una herramienta de control social.

Las redes sociales representan el ejemplo más visible del tecnofeudalismo en acción:

  • Los s generan contenido, datos y atención, pero no son propietarios ni controlan las condiciones bajo las cuales esto ocurre. Están sujetos a cambios unilaterales en los términos de servicio, algoritmos y políticas de moderación.
  • Mientras que el feudalismo tradicional extraía renta de la tierra, las plataformas extraen renta de los datos generados por los s. Esta "plusvalía digital" se monetiza a través de publicidad dirigida y modelos de negocio basados en la atención.
  • La relación entre las plataformas y sus s es profundamente desigual. Los s dependen de estas plataformas para la comunicación, información y participación social, mientras que las plataformas pueden cambiar las reglas en cualquier momento.

Las redes sociales, lejos de ser simplemente herramientas de comunicación, son ahora feudos digitales donde nuevas formas de dominación y explotación coexisten con oportunidades inéditas de conexión y expresión.

El desafío para las sociedades contemporáneas es reconocer esta nueva realidad y desarrollar respuestas que permitan democratizar el poder digital, garantizar derechos fundamentales en el entorno online y construir alternativas a un modelo que concentra cada vez más poder en manos de unos pocos tecnoseñores.

La comprensión crítica del tecnofeudalismo es el primer paso para imaginar y construir un ecosistema digital más justo, democrático y orientado al bien común.

Np hay nada mas excluyente que ser pobre.



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Ricardo Abud 6296x

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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