La relación entre arte, creatividad y enfermedad mental ha sido objeto de reflexión para filósofos, psiquiatras, psicólogos, críticos de arte y estudiosos de la estética. Para Aristóteles, “ningún gran genio ha existido sin una mezcla de locura”. En Nuestramérica, esta relación es aún más compleja, por ser: pueblos conquistados, colonizados y colonializados, que han vivido procesos históricos de subalternización, inferiorización, anestesia del sentipensar y deshumanización, mediante múltiples formas de violencia, genocidios, etnocidios y epistemicidios, cuyas huellas afectan profundamente la subjetividad personal y colectiva de Abya Yala y otros pueblos del Sur Global. 5i682q
El sufrimiento psíquico colectivo ha sido interpretado colonialmente, como una forma de “locura histórica”, resultado de un daño profundo no sólo singular, sino social; sin la suficiente profundidad para analizar el comportamiento creativo y genial, de pintores, poetas, escultores y cultores como voces distintas, inconformes, divergentes e insurgentes, al orden colonial establecido e impuesto para las expresiones culturales de las clases dominantes. En este artículo sobre Armando Reverón (1899–1954), el pintor de la luz, la sombra y la mente abismal, lo considero un vocero adelantado a su época, en cuanto a una estética liberadora y decolonial, confundida, enmascarada y diagnosticada como trastorno mental y no como un estilo de vida inconforme, divergente e insurgente, de resistencia y confrontación a una sociedad enferma de consumismo, conformismo y confusión, desde hace décadas.
Una de las últimas obras escritas por Dussel, antes de partir a otro plano, a sus 89 años, el 5 de noviembre de 2023, y completar lo que es un sistema de liberación desde Abya Yala, en un periplo que abarca medio siglo, iniciado con la Filosofía de la Liberación, Política de la Liberación, Economía Política de la Liberación, Ética de la Liberación y Estética de la Liberación, en esta última obra Dussel propone una estética de la liberación, que se distancia de lo eurocéntrico y capitalista, partiendo desde el Sur Global y la experiencia histórica de los pueblos oprimidos, es una ontología del sentir, una crítica a la estética burguesa dominante, una apuesta por una estética para la vida, lo decolonial y la liberación.
En 15 tesis nos señala Dussel que: El ser humano es corpóreo y sensible, antes de ser racional, La belleza como afirmación de la vida, Crítica a la estética dominante y la función del arte, El artista y su creación como mediador de lo nuevo, El pueblo como un sujeto estético, nos invita a Decolonizar el gusto y la mercantilización, el Arte como praxis liberadora y la Estética como un proyecto decolonial liberador, es decir, la transformación del mundo, no es solo política y económica, se requiere una complementariedad con el sentir, la sensibilidad humana como dimensión estética. El imaginar, el crear y los haceres del pueblo, es decir, con las subjetividades singulares y colectivas, olvidadas en estos tiempos turbulentos y deshumanizantes. Son estos momentos donde se requiere la genialidad artística y creativa de la luz y la luminosidad, ante tanta opacidad y oscuridad humana insolidaria.
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La dimensión humana que más brilló de Armando Reverón fue su sensibilidad creativa, cuestionadora, insurgente, valiente y solitaria de su genialidad y ejemplo de vida incomprendida, que quedó plasmada para su inmortalidad y la eternidad, en sus tres periodos creativos: Período Azul (1912–1924): Influido por su maestro y padre putativo Nicolás Ferdinandov, el posimpresionismo y el simbolismo. Su obra está cargada de melancolía onírica, tonos azules y violáceos. Ejemplos: La Cueva, Paisaje Azul.
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Período Blanco (1925–1934): Su etapa más creativa y revolucionaria. Fascinado por la luz tropical, reduce la paleta al blanco, gris y ocre, en busca de la “desmaterialización de la forma”. Ejemplos: La Playa de Macuto, El Farol.
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Período Sepia (1935–1954): Vuelve el color. Aparecen muñecas de trapo como compañía simbólica. El entorno de Macuto, la atmósfera caribeña y los materiales reciclados estructuran una estética de lo íntimo, lo marginal y lo sublime.
Para Armando Reverón el valor estético y sublime estaba por encima de la razón, subvirtió el principio cartesiano de “Pienso, luego existo”, por “Siento, pienso y luego existo”. La belleza de lo lumínico de su azul caribeño, de la vida libre en las arenas de Macuto y su Castillete como hábitat, donde no existió lo feo, porque para él todo lo que fuera o diera vida era sensible y hermoso, su Juanita, compañera de toda la vida, sus muñecas de trapo, monos, sus hijos, todo era arte y vida. La luminosidad, el azul y sepia de su paleta, fue una forma de insurgencia y liberación cultural. Su arte era el anuncio de una vida y un mundo posible, distinto al orden vigente.
Su vida, creación y arte, fue y sigue siendo una praxis de transformación. Su inspiración, motivación y musa eran su Macuto, su Caribe, su Juanita, sus muñecas de trapo y su Castillete, su contexto comunitario, como asiento de un arte popular, no colonializado y mercantilizado, fue un transformador creativo, no destructor de su hábitat geográfico. Su cuerpo y su arte fue su galería ambulante particular, como solía decir, a sus amigos, ¿Para evitar la mercantilización de su creatividad y la explotación de su trabajo creador?
Su creatividad y su arte están en sintonía con de la belleza de su paisaje caribeño, pero también de su propio dolor y pobreza al igual que su Macuto querido, es decir, desde las entrañas de lo comunitario popular, que eligió como refugio a tanta incomprensión. Su motivación permanente fue atreverse y adelantarse posiblemente sin plena conciencia de su desafiante estilo de vida y estética liberadora de un arte mercantilizado, colonizado y no popular que aborrecía. Armando Reverón fue un adelantado de lo decolonial y de una Estética liberadora antes que fuera descubierta, develada y categorizada por los intelectuales de la colonialidad/decolonialida y la liberación, que comienza a desarrollo en la última década del siglo XX, aún hoy en pleno desarrollo.
Reverón, resistencia histórica, rebelión decolonial y estética de la liberación
Desde esta mirada decolonial sobre Reverón, no fue un enfermo mental, sino un insurgente decolonial de una estética liberadora, desconocida en su tiempo. Su creatividad fue una forma de sanar, de rehacerse simbólicamente ante una sociedad que lo excluía.
Reverón representa al sujeto colectivo de Nuestramérica, sometido por siglos de violencia, y al mismo tiempo, generador de respuestas creativas y emancipadoras. Su arte no debe entenderse sólo como producción estética tradicional, sino como expresión simbólica de una subjetividad que lucha por ser reconocida, decolonizada, que transforma su dolor en luz, es decir, una estética como estandarte de liberación colectiva.
En tiempos donde la psiquiatría aún responde a lógicas coloniales, patologizadoras y medicalizantes, Reverón nos invita a pensar otras formas de vida, de salud mental, de creación, de sanación. Fue un rebelde luminoso, un artista decolonial y estético liberador, un insurgente, antes que dichas categorías y teoría crítica liberadoras fueran develadas y desarrolladas.
Reflexiones finales
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El vínculo entre creatividad, arte y sufrimiento psíquico, no debe analizarse desde una mirada psicopatologizante, sino desde un enfoque integral, que reconozca al arte como espacio de transfiguración del sufrimiento en sinestesia y potencia creadora.
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Reverón desde su Castillete de Macuto, nos legó una luz propia, no domesticada por la lógica del mercado, el consumismo innecesario o la razón normalizadora.
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Su subjetividad herida, la transmutó a través de su genialidad creadora de la luz, las sombras y su mente abismal en sanación decolonial y estética crítica
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Su forma de vida fue un rechazo vivencial al mundo moderno, industrializado y urbano. Un artista que convirtió la marginalidad en forma de resistencia estética.
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Vivió en la periferia simbólica del sistema artístico.
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Su mente abismal, fue una forma de rebeldía insurgente y de lucidez estética liberadora. Vivía en otra lógica, donde la frontera entre arte, espíritu, naturaleza y estética liberadora era difusa.
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Su vida fue una renuncia a toda forma de poder colonizado y colonializado.