Sobre el cuadro político emanado de las elecciones del 25M. Es hora de reencuentros 11425v

Es interesante y necesario, hacer un balance del cuadro político, nacional e internacional, emanado de las elecciones del 25M. Los números, lo cuantitativo y los cargos o posiciones alcanzadas, particularmente en la Venezuela de hoy, son insuficientes para satisfacer una estrategia o fines, sin importar el lado del cual uno se halle, en contra de las sanciones, el injerencismo y un proyecto económico pertinente. Pese el contundente triunfo, al margen del discurso que eso desconoce, alcanzado por el oficialismo, en mi parecer, no es por sí sólo, suficiente para que este se sienta satisfecho y sustentado para lograr sus metas, inherentes a la herencia de Chávez. 2n22d

Es por demás cierto que, históricamente, en Venezuela, las elecciones regionales y de diputados, han sido poco atractivas. Tradicionalmente sus resultados vienen acompañados de una abstención hasta cuantiosa. Desde este punto de vista o en función de esa experiencia reiterada, era sustentable esperar se repitieran, en buena medida, los números anteriores. Y hasta la abstención fuese mayor, dado que un factor de mucho peso, como lo es el liderado por la señora Machado, llamó a ello y, además, si tomamos en cuenta la elevada cifra de venezolanos migrantes.

Pero también jugó a favor de la abstención un fenómeno por demás conocido, el descontento que priva en una muy amplia capa de ciudadanos. El cual tiene varios orígenes y aspiraciones, que obligan a todos los bandos a meditar con paciencia y profundidad, para hallar la responsabilidad que en ello tienen y corregir con prontitud.

La crítica situación económica en la cual Venezuela está atrapada que, si bien es verdad, está en buena medida determinada por las sanciones, también lo es por el modelo rentista petrolero, que pese los años, los diagnósticos y demandas, no se ha hecho nada significativo para superarlo. A lo que se podrían agregar muchas cosas, unas derivadas de lo anterior y otras no, como el problema salarial, el deterioro de servicios fundamentales tal que educación, salud y la exorbitante corrupción, en la cual muchos personajes, figuras de confianza del gobierno, han incurrido, para luego terminar fugándose, primordialmente a EEUU y, allá afuera, haberse vuelto líderes opositores y democráticos. Y hay quienes, por su ofuscación, llegan a confundirse tanto que, se hacen golpistas y apegados a un 350 constitucional, interpretado como recurso para "rebelarse".

El cuadro anterior, lo económico, jugó en favor del abstencionismo. Más cuando factores que antes, muchos votantes pudieron, en sus sueños e imaginación, haber asumido o concebido como competentes para resolver las dificultades, les han dado demasiado muestras de incompetencia al enfrentar al gobierno.

Con lo anterior, también queremos dejar sentado que, la persistencia en errar al accionar políticamente, de un sector significativo de la oposición, por años, podríamos decir sin pecar de ligeros que, desde el año 2000, pero muy agravado en los últimos diez, ha llevado a buena parte del electorado, a perder la esperanza en ese liderazgo y en la política misma. Allí cunde y hasta se endurece lo individual e indiferencia.

Si bien es verdad, lo que ya dijimos, históricamente, las elecciones regionales suelen atraer pocos electores, también lo es que la coyuntura venezolana de hoy, más ahora a partir del 28J, tiene a los venezolanos muy enfocados en lo que acontece, incluso en materia electoral. Los abstencionistas, partidarios del llamado del factor que lidera la señora Machado y quienes asumieron esa actitud por desencanto, estuvieron muy atentos de los resultados. Tanto que piden con persistencia información detallada de ellos.

Hubo pues, en mi humilde opinión, una abstención de triple origen. La de quienes suelen serlo, habitualmente, por razones nada difíciles de entender, partidarios de una tendencia u otra, quienes no sintieron la emoción que suele moverlos una presidencial o la suficiente perspicacia política para entender la importancia del momento o el acto.

Pero hubo también quienes dejaron de votar, atendiendo al llamado del factor abstencionista y, su número, no me cabe duda, es de mucho peso.

En última instancia, entre quienes dejaron de votar, de manera consciente, hay una inmensa suma, sin duda la mayor, pero no por ser abstencionistas, sino por no sentirse representados en ninguna de las fuerzas en pugna, menos en candidatos y, muy particularmente, por las divisiones hasta injustificadas que ofreció el cuadro electoral y los avatares de la vida cotidiana.

Pero además hay otros factores, como el breve tiempo de la campaña y el muy escaso atractivo de los candidatos; en la determinante mayoría, figuras casi desconocidas que, por serlo, poco ayudaron a atraer votantes.

Pese no conocemos con exactitud las cifras, tanto de votantes como quienes dejaron de votar, lo que es distinto a llamarles abstencionistas, si sabemos que, en lo que respecta al segundo caso, fue bastante elevado; tanto que ronda más allá del 60%. Y por lo que ya dijimos, pese se haya tratado de una elección que no suele despertar el interés de la presidencial, dada las particularidades de la historia venezolana de hoy, esa cifra de abstencionistas del 25M, si no es alarmante, por lo menos es fuente que debe generar mucha preocupación.

Pero además de lo ya dicho, de lo preocupante que fue la abstención en este proceso electoral, distinto a los anteriores, el cuadro o la distribución del poder y la representatividad emanada de ese proceso electoral también es motivo para preocuparse. El hecho que el gobierno haya obtenido el triunfo en 23 de las 24 gobernaciones y más del 80 % de los representantes en la AN, no es el mejor resultado para quienes gobiernan, se muestran solidarios con ellos y menos para el proceso de cambio que demanda Venezuela. El movimiento, el cambio, la prontitud por servir a los votantes, trabajadores, la población toda, al margen de la buena fe de cada quien, demanda competencia, presión, espíritu crítico. Un poder Ejecutivo central, legislativo, uno regional, distribuido, de manera ajena al monopolio, es más pertinente para el cambio. La lucha por hacer las cosas mejor es saludable. La concentración excesiva del poder en una fuerza es dañina para ella misma, la anquilosa, vuelve confiable y poco precavida. Las fuerzas que reclamen, aunque lo hagan sólo por convencionalismo y con la idea de ganar espacio, la competencia, es más saludable y hasta sirve de acicate para ser más cuidadosos, efectivos y eficientes.

Desde nuestra perspectiva, el peso de las sanciones es determinante en el deterioro de la vida de los venezolanos. Es evidente, el gobierno mismo de hecho lo reconoce, pese el usual discurso contra el imperialismo, que Venezuela requiere recomponer sus relaciones con Estados Unidos y este, sin duda, también eso necesita. Quienes lo niegan se contradicen cuando buscan en el gobierno de ese país la ayuda para deshacerse de Maduro y acceder a Miraflores. Y cuando la Casa Blanca pone bastante énfasis en el asunto venezolano. La presión de Marco Rubio y sus aliados, senadores de La Florida, es muestra del interés de EEUU por Venezuela.

Es elemental, Venezuela tiene en abundancia lo que EEUU, en lo inmediato y a largo plazo, requiere, recursos petroleros. La Casa Blanca puede, sin duda, extender por cierto tiempo el carácter de las relaciones de ahora con Venezuela, pero no tanto. Pues como dijo Grenell, quien está muy cerca de Trump, este tiende a poner énfasis en el manejo de la diplomacia con Venezuela, pues en esto entra también en juego China. En lo inmediato luce más práctico, desde el punto de vista de la disposición a invertir y la cercanía de los mercados, que Venezuela llegue a acuerdos con EEUU, para reactivar la industria petrolera, que con China.

El logro de este objetivo, recomponer las relaciones con EEUU, que implica reactivar nuestra industria petrolera, hubiese sido más favorecido con una mayor representación opositora en los órganos del Estado, dado la posición de ese universo contra las sanciones y la injerencia.

La poca representación opositora en los órganos del Estado, favorece el falso discurso, según el cual en Venezuela hay una dictadura y, al mismo tiempo, le resta al gobierno la opción de exhibirse apoyado en sus relaciones difíciles con EEUU por factores ajenos a su partido.

Por estas razones, dado que hay fundamentos para ello en el cuadro nacional, he planteado que, el gobierno, debería abrirse ante factores que, con él comparten la posición contraria a las sanciones, el injerencismo y hasta la defensa del territorio Esequibo y otras tantas cosas, como el interés por recomponer la economía y hasta aislar a quienes juegan el rol de aliados de factores estadounidenses, partidarios de la injerencia, desestabilización, caos y hasta la invasión. ¿Cómo hacerlo? Pues es bueno despojarse de prejuicios, lecturas equivocadas, dejar de ver fantasmas, como enemigos donde no los hay y buscar encuentros posibles en tanta gente llena de buena fe y mejor voluntad.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 984 veces. 4l5a6x



Eligio Damas 3o1o15

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 [email protected]      @elidamas

Visite el perfil de Eligio Damas para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea. 1j5c1u


Noticias Recientes: 642x5