Del autoritarismo al totalitarismo 2n1eb

Un amigo me mandó una comparación entre el autoritarismo y el totalitarismo que hizo una aplicación gratuita de Inteligencia Artificial llamada Gemini. Se notaba que era gratis el software, porque todavía no supera en calidad lo que podría hacer un estudiante (aplicado, claro) de Ciencias Sociales: un poquito de memoria histórica y referencias importantes como la del libro clásico de Hanna Arendt sobre el totalitarismo. El tema surge debido al puje que le ha agarrado al madurismo por la reforma de las leyes electorales y la constitución, justo después de la derrota electoral en las presidenciales del 28 de julio del año pasado. Como en los asuntos humanos el que piensa mal suele pegarla, esos anuncios evidencian de parte del régimen de Partido Dominante, la intención de aniquilar el voto universal, directo y secreto que, como otras muchos derechos y garantías, ha ganado el pueblo venezolano después de muchas luchas. Como ha ocurrido muchas veces (unas 27) en nuestra historia, la tiranía de turno pretende acomodar la Constitución a la medida de su afán por mantenerse en el poder sin pararle al sufrimiento, mucho menos la voluntad, del pueblo. Ahora, Maduro, ante el vacío que le hizo el pueblo en el más reciente simulacro electoral, decide dejar eso para enero con una formulación ambigua, manipuladora, a ver si captura algún vivazo pendejo alacrán, en un "Gran Acuerdo Nacional" (como el que mencionó Timoteo Zambrano hace unos días) con un ajuste de las normas electorales que, en realidad, implique otro paso del autoritarismo al totalitarismo. 1s1z32

Haciendo uso de la memoria, nos acordamos de la Doctrina Kirkpatrick, teoría expuesta por la embajadora ante la ONU de los Estados Unidos, Jeane Kirkpatrick, en la terrible década de los 80, con el fin de justificar, en el contexto de la Guerra Fría, el apoyo de su país a dictaduras anticomunistas en el llamado "Tercer Mundo". La señora Kirkpatrick (quien, según una novela de Sergio Ramírez, era especialista en sustancias tóxicas), destacada académica, distinguía entre el totalitarismo de los estados prosoviéticos, y el autoritarismo de algunas dictaduras militares prooccidentales. La principal diferencia, decía, era que los regímenes totalitarios eran más estables que los regímenes autoritarios, y por lo tanto tienen una mayor propensión a influir a los estados vecinos. La señora Kirkpatrick predecía que el sistema soviético duraría muchas décadas más.

Por supuesto, el derrumbe o derrocamiento del régimen soviético pocos años después, echó por tierra esa teoría que le dio fundamentos a esa política internacional de Reagan que, entre otras cosas, produjo monstruos sanguinarios como la "Contra" nicaragüense, las dictaduras guatemalteca, filipina y argentina, los Muyahideen en Afganistan, etc . Para ella, los regímenes autoritarios "solo" tratan de controlar o castigar la conducta de sus ciudadanos, mientras que los regímenes totalitarios van más allá de eso procurando controlar los pensamientos de sus ciudadanos, utilizando intensivamente la propaganda, el sistema educativo y los medios de comunicación, el lavado cerebral, la reeducación, el espionaje a particulares y la represión política masiva basada en la ideología del Estado. Los ejemplos de totalitarismo eran la URSS y la Alemania de Hitler.

Siguiendo con Mistres Kirkpatrick, los regímenes totalitarios también a menudo procuran socavar o destruir las instituciones tradicionales de la comunidad (por ejemplo, la religión, o aún la institución familiar), mientras los regímenes autoritarios usualmente no pretenden dañar tales instituciones. Por esta razón, ella argumenta que el proceso de restaurar la democracia es más fácil en estados autoritarios que en estados totalitarios, pues los estados autoritarios serían más dóciles a la reforma gradual en una dirección democrática, eso que destacados politólogos criollos (Magdaleno, el economista Álvarez, el exrector Fuenmayor, y muchos otros) han denominado "transición".

Tal vez esa inclusión del estalinismo y el nazifascismo en la misma categoría de totalitarismo, la tomó Mss Kirkpatrick del inmenso libro clásico sobre el tema que escribió la filósofa política Hannah Arendt. El totalitarismo, para esta autora, no consiste simplemente en una forma extrema de tiranía o dictadura, porque no se contenta con el poder político, sino que busca la dominación total y absoluta de la vida de las personas. Para ello, utilizan fundamentalmente el terror que se convierte, más que en un medio para reprimir la oposición, o (como diría el doctor Fuenmayor) el "derecho del estado a defenderse de quienes pretenden tumbarlo" o una herramienta de violencia, sino la esencia misma del régimen, dirigida a cualquier persona (real o inventada) que pudiera ser una amenaza o una crítica.

El terror total y arbitrario es efectivo porque se aplica a una sociedad completamente atomizada, atomizadas las instituciones que median entre los individuos, como las familias, las religiones, las asociaciones, los medios de comunicación, a través de una desconfianza generalizada. Esto permite la imposición de los dogmas de una ideología más o menos coherente y totalizante que se coloca como verdad única, que pretende explicar toda la historia, el presente y predecir el futuro. Esta ideología no se basa en la experiencia o la realidad, sino en una premisa axiomática de la cual todo lo demás se deduce de manera "lógica" e inquebrantable. Para el totalitarismo, la realidad se subordina a la "lógica" de la ideología. Por ejemplo, en el nazismo, la "lógica" se basaba en las leyes de la naturaleza y la raza; en el estalinismo, en las leyes de la historia y la lucha de clases. el totalitarismo surge en sociedades donde las estructuras de clase tradicionales se han desintegrado, dando lugar a masas atomizadas y apolíticas. Por ejemplo, el culto a la personalidad de Maduro, ponerlo como héroe. El cuento de que la agresión del imperialismo norteamericano explica todo el desmadre del gobierno, incluso desde antes de esas sanciones, ocultando la corrupción desmedida, la ineptitud, la cleptocracia, empezando por los apagones debidos a la falta de inversión, a la robadera, a la expulsión de personal calificado, hasta la destrucción de la educación y la salud.

Estas masas, carentes de lazos sociales y políticos significativos, son vulnerables a la propaganda y la manipulación. La soledad, entendida como la falta de conexión con otros y la incapacidad de actuar en conjunto, hace que los individuos sean más susceptibles a la atracción de una ideología que promete una explicación total y un sentido de pertenencia, aunque sea a costa de su individualidad y libertad.

¿Se parece esa sociedad atomizada a la venezolana? No completamente, pero hay muchas tendencias que van en esa dirección: el éxodo migrante con la fragmentación e incomunicación familiar, la expulsión de mucho más de la mitad de la población económicamente activa fuerza de trabajo hacia el sector informal y el "emprendedurismo", la pobreza, no solo palpable por un "ingreso mínimo" que eliminó el salario, sino por la muy mala calidad de los servicios básicos (luz, agua, salud, educación, transporte, etc.). Los sectores populares más combativos han sido, hasta ahora, los pensionados, los maestros, algunos empleados del estado, los obreros de algunas industrias. Pero la mayoría, centra su vida en la supervivencia, en "matar tigres", el pragmatismo de la cotidianidad urgente. Falta organizar una poderosa clase trabajadora que de la pelea por la democracia. Esto es una realidad e implica una tarea pendiente.

Por otro lado, en este país no hay libertad de expresión, salvo en unas redes sociales, donde cunde la intoxicación emocional, las reacciones irreflexivas e impulsivas, cuando no el narcisismo individual y de grupo, el efectismo, las "fake news", etc. Una incomunicación, más que comunicación, que no logra superar las membranas que traspasen con la verdad simple y directa las barreras entre las burbujas de los "amigos" de wasap o facebook, los mundos diferentes, cada uno con su lenguaje, sus símbolos, sus estigmas.

Está difícil la cosa. Pero hay que iniciar o continuar el trabajo pendiente. Seguir agrupándonos en la defensa de la Constitución. Seguir reclamando el salario suficiente que consagra la Constitución. Continuar luchando por la libertad de los presos políticos. Continuar denunciando las mentiras del CNE. Profundizar la resistencia y la organización a todos los niveles. No caer en peleas estériles, sino enfrentar este intento de transitar hacia un totalitarismo que nos arrancará todo, incluso la dignidad.



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Jesús Puerta 6a3j5w


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