7 de junio de 2025.- Familiares de migrantes venezolanos deportados de Estados Unidos a El Salvador realizaron una vigilia frente a la sede de las Naciones Unidas en Caracas, encendiendo velas y elevando oraciones por sus seres queridos detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). Su principal demanda sigue siendo la liberación de los afectados. 4f2u4h
La deportación de más de 200 migrantes venezolanos a El Salvador y su confinamiento en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) no solo representa una estrategia de criminalización sin pruebas, sino que constituye una violación flagrante de los derechos humanos2.
Organizaciones como Cristosal y Robert F. Kennedy Human Rights han denunciado que 87% de los venezolanos detenidos no tienen antecedentes penales y que muchos de ellos estaban en proceso de solicitar asilo en EE.UU.. A pesar de esto, han sido incomunicados, privados de representación legal y sometidos a condiciones inhumanas, incluyendo falta de a agua, comida y atención médica.
El gobierno de El Salvador ha negado el a información sobre los detenidos, alegando razones de seguridad nacional. Sin embargo, expertos en derechos humanos advierten que esta reserva de información podría encubrir desapariciones forzadas, lo que constituye un delito de lesa humanidad.
La vigilia de los familiares en Caracas es un grito de desesperación ante un sistema que ha convertido la migración en un negocio político y carcelario, donde la vida de cientos de personas queda atrapada en acuerdos financieros y estrategias de seguridad sin fundamento legal.
La pregunta sigue siendo: ¿quién responde por estas violaciones y qué mecanismos existen para exigir justicia?