En general se entiende por rebeldía a la resistencia o resistencia a situaciones, autoridades o a realizar ciertas actividades y a no obedecer los mandatos y normas establecidas. Esta rebeldía se da en ciertos momentos y puede tener la intención de no solo desafiar sino también imponer la voluntad por encima del poder establecido, que puede ser desde el padre o la madre hasta lo más grande que son las leyes de la Naturaleza.
Bolívar desafiante, manifestó que si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca. Mayor desafío no se ha hecho nunca. Ni siquiera la ciencia o la tecnología, pues ellas no desafían a la naturaleza sino que hacen como el de la canción, que no se deja gobernar y le sigue la corriente. Usan las leyes de la naturaleza.
La rebeldía tiene un carácter constructivo para liberarnos de las situaciones que oprimen y limitan nuestras libertades cuando caen en buenas manos, pero en las peludas manos de la derecha adquiere otra connotación y se convierte en conductas y acciones destructivas, que no busca nuestra libertad sino nuestra voluntad para ponerla a servicio de sus mezquinos intereses.
Es el caso de María Corina Machado y su chusma hamponil.
En su caso la rebeldía más que una acción humana normal, motor de la historia, se transforma en la patología del "trastorno desafiante" que viniendo de un político, debería incluirse en la patología política, se convierte en un patrón de comportamiento que implica oposición, desafío, y a menudo hostilidad hacia figuras de autoridad pero con fines destructivos.
Y en esta época de cambios y de cambios de época, destructivo quiere decir simplemente anti democracia, negación a la participación libre de los otros, que también son ciudadanos con los mismos derechos. Es la negación de la igualdad.
Así interpretada la rebeldía, insisto, en el caso de la derecha venezolana adquiere un carácter destructivo.
Entre las característica de esta rebeldía derechista destructiva voy a mencionar que la perdida de nuestra libertad se quiere imponer mediante su entrega a los intereses de otras personas y países, musiues todos, de nuestra libertad y de nuestra riqueza. Eso no lo queremos.
El otro elemento característico y pertinaz en la conducta de esa gentuza es la carencia de objetivos políticos, más allá de la entrega del país. Y si se presentan alguna lista de actividades realmente son los pasos que darían para entregar nuestro albedrio a los catires imperialistas del norte.
Aquí quiero decir algo más, yo creo que María Corina Machado tienen ciudadanía norteamericana, pues esa es una práctica común entre la secta de los súper ricos venezolanos.
Con esta rebeldía destructiva no busca la transformación o el cambio positivo, sino más bien la posibilidad de manifestar su desprecio hacia los pobres, sus necesidades, su falta de ropa y perfumes. Buaah, no soportan a los pobres. No pueden soportar como una secretaria, o una simple maestra les va a decir lo que van a hacer, es necesario por lo tanto llegar a la ruptura y al caos. Eso es lo que los marxistas llaman odio de clases. Incurable.
Y también un elemento distintivo es la asociación y la práctica delincuencial, con cualquiera banda de delincuentes, narcotraficantes, para utilizarlos como carne de cañón y destruir las instituciones venezolanos, quemarlas, incendiarlas como se ha hecho ya tantas veces. Quemar a los militantes revolucionarios para hacerlos retroceder, lo cual no lograron.
Ese es el compendio politico de la derecha venezolana personificada por María Corina, odio de clases, falta de programas, entrega de nuestra dignidad y soberanía, gobierno de delincuentes. Como les dice Diosdado, ustedes no van a gobernar nunca. Así será.